MADRID, 20 Dic. (CHANCE) -
Las aguas parecen ir calmándose poco a poco en el divorcio de Sonia Ferrer con el que fuera su marido y padre de su hija Marco Vricela. Después de un duro proceso de divorcio en el que los reproches han salido de las bocas de ambos, la expareja intenta guardar las formas por el bien de su pequeña hija aunque la tensión sigue estando más que presente.
Hoy era un día muy especial para la hija de Sonia y Marco. La actuación navideña en el colegio se ha presentado como la mejor forma para limar asperezas entre sus padres, después de que la justicia le haya otorgado la custodia de Laura a Sonia. La periodista ha llegado acompañada de su actual pareja, Álvaro Muñoz Escassi. Muy guapa y elegante ha abrazado a su pequeña y ha evitado hablar en la medida de lo posible con su exmarido, el cirujano Marco Vricela.
Ambas partes intentan dejar paso de respeto mutuo. El matrimonio se separó hace unos meses debido al desgaste de la relación como la misma Sonia afirmó. Mucho se ha insinuado si la relación entre la periodista y el jinete comenzó mucho antes de que se formalizase el divorcio, a raíz de su participación en el programa ¡Mira quién salta!, donde formaban pareja de salto.
Sonia se encuentra más tranquila después de estos meses: "Es un divorcio complicado, no estaba siendo fácil, no lo es, el tiempo va pasando". La presentadora explicaba en una aparición pública que lo más importante para ella es su hija y que esta no lo pase mal: "Lo más importante tanto para Marco como para mi, es que realmente Laura este bien, que no sufra. Ella está contenta y feliz, ha asumido perfectamente la situación". Para Sonia el apoyo de su novio Álvaro Muñoz Escassi ha sido crucial: "tener gente cerca que te quiere , te apoya y te ayuda en los momentos bajos es muy importante, porque para las celebraciones está todo el mundo, pero para los malos ratos solo algunos", afirmaba la periodista que mira con ilusión el nuevo año.