PARIS 2 Mar. (EUROPA PRESS) -
Al menos de esa opinión es Alain Branchereau, un investigador francés que ha llegado a la conclusión de que un tratamiento contra el acné fue el responsable de que el Rey del Pop fuera capaz de alcanzar increíbles registros a lo largo de toda su carrera musical.
"Desde la primera vez que escuché a Michael Jackson su voz me recordó a la de los castrati que cantaban en el siglo XVII. Su tesitura era excepcional. El cantante era capaz de cubrir tres octavas con su voz, igual que las soprano, mientras los tenores sólo pueden conseguir dos octavas", ha explicado el médico en una entrevista en exclusiva publicada por el periódico 'Le Parisien'.
Para Branchereau, autor del libro 'El Secreto de una Voz', Jackson presenta todas las características psicológicas de un castrati: "Empecé a pensar que Michael podría haber sufrido una castración química entre los 12 y los 20 años, lo que no implica necesariamente una castración física como la que tenía lugar siglos atrás entre los cantantes masculinos que querían seguir conservando una voz cristalina".
A partir de esta suposición, el médico francés comenzó a investigar la historia del cantante. Entonces se dio cuenta que Michael había tenido problemas de acné juvenil y que, durante los años 70, se volvió m0uy popular un tratamiento para los granos basado en la ciproterona, un acetato derivado de la progesterona al que se le conocen propiedades antiandrogénicas.
"En su biografía el cantante explica que, a los 12 años, sufrió una terrible crisis de acné y que le recetaron un tratamiento para atajarlo", ha comentado Branchereau. Según él, esta medicina además de eliminar los granitos pudo provocar cambios irreversibles en la laringe y, así, en la voz del joven cantante.
No sólo eso y es que, según el experto, también la complexión física del cantante avalarían su teoría: "Jackson medía 1'78 y tenía brazos y piernas largos mientras que su familia son gente más bien pequeña". Según su teoría, la molécula habría provocado que su crecimiento no se detuviera hasta que, finalmente, dejara de tomarla cuando se separó de un entorno familiar que le animaba a continuar con el tratamiento.
El experto ha explicado que todos a todos los niños les cambia la voz con la llegada de la pubertad, alrededor de los 12 y los 14 años. "Es un momento muy difícil para cualquier cantante, no sólo para Jackson, porque se ven obligados a acostumbrase a una nueva voz y, una vez que ésta está asentada, tiene que volver a educarla".