MADRID 23 Feb. (EUROPA PRESS) -
El diseñador Carlos Díez ha sido uno de los protagonistas del segundo desfile de la tarde en la sexta jornada de la Cibeles Fashion Week de febrero de 2010. Un desfile que ha comenzado con música de rock duro, preludio de lo que esperaba al público: una puesta en escena vanguardista que ha roto moldes.
El modisto se ha puesto como meta introducir su personal estilo vanguardista en esta edición de la pasarela, al igual que hizo en ediciones anteriores. Y es que su personalidad artística no ha dejado indiferente a ninguno de los asistentes. Como si de una época futurista vinieran sus modelos, el diseñador juega con la cara más oscura de la moda.
La apuesta por el estilo transgresor fue clara desde el principio del desfile: todos los modelos llevaban cubierta la cara con pasamontañas en los que sobresalían unas orejas cosidas, por lo que era imposible adivinar el rostro de los maniquíes.
Carlos Díez propone unos diseños entre los que reinan los colores blanco y negro, dispuestos en cuadros. Destaca la amplitud de las prendas en la parte superior del cuerpo, muy holgadas, que contrastan con el uso continuo de pantalones estrechos, leggins, y mallas. El gris ceniza también es un color muy utilizado en la paleta de Carlos Díez.
Los abrigos son largos, de algodón, también de cuadros blancos y negros, pero con una nota grisácea en la parte de la espalda. Es notable la preferencia del diseñador por los pantalones cuyo tiro se encuentra en la parte baja de las piernas, a la altura de las rodillas. Los cuadros blancos y negros contrastan con otra elección del diseñador: los colores negros metálicos.
También cobran especial relevancia las túnicas para la mujer y el hombre, bien con colores muy oscuros en los que predomina el negro, bien con estampados de la marca del diseñador: múltiples calaveras negras.
Cabe destacar el calzado en la colección, que sigue la nota predominante de transgresión: zapatillas deportivas plateadas o negras, que se alternan con zapatos de plataformas de vértigo.
Sin embargo, Carlos Díez da otra vuelta de tuerca y de pronto pasa de los colores sombríos al blanco puro y la plata iridiscente, como se puede apreciar en sus abrigos largos o entallados o en sus vestidos que cubren hasta las rodillas. Las mallas blancas son la prenda elegida para complementar estos colores.
Mención especial merecen sus vestidos, que vuelven a ser negros con motivos plateados, otra vez decorados con las calaveras del autor, largos hasta los tobillos y que por su forma recuerdan a hábitos holgados.
EL DELGADO BUIL MEZCLA EL ESTILO INGLÉS CON LA CULTURA AMERICANA DE LOS 50
Las diseñadoras del Delgado Buil protagonizaron uno de los desfiles de la tarde de la sexta jornada de la Cibeles Fashion Week de febrero de 2010.Un desfile en el que estuvieron presentes los componentes del grupo Amaral y la ex miss España Helen Lindes.
El Delgado Buil ha denominado Joiner Creek a su colección de otoño/invierno. Sus creaciones para esta temporada se caracterizan por un marcado estilo inglés, mezclado con la cultura americana de los años cincuenta, con influencias de un estilo folk refinado y vanguardista. En esta amalgama de estilos sobresale la huella de profunda creatividad que han marcado ambas diseñadoras.
El abanico de la paleta de colores es tenue, y entre ellos destacan el granate, el beige y el azul claro, para prendas holgadas que llegan a media pierna y al tobillo, tanto en las propuestas de hombre como en las de la mujer. Todo para impulsar en la colección un estilo de marcada clase inglesa.
Destacan las refinadas sedas estampadas en tonos color ocre, combinadas con abrigos de lana y con tradicionales estampados como el tartán, que recuerdan a épocas decadentes. Esta preferencia por prendas que evocan al pasado se mezcla con toques modernos y renovados.
Destacan los materiales como el cuero, la lana, el cashmire, la viscosa o la piel de cordero kalgan, siempre combinadas para reinventar prendas clásicas.
Una colección invernal que no olvida las prendas de punto a través de rebecas de lana con estampados de leopardo bajo la particular visión de las diseñadoras. Es clara la preferencia de El delgado Buil por los jerseys amplios de larga caída, propios de la cultura punk. Todo ello entra en la colección para dar un giro radical en el diseño y conseguir un look transgresor.
La superposición de prendas es una clave fundamental dentro de los diseños, donde no faltan los turbantes y complementos que hacen una clara alusión al mundo de la caza.
Los zapatos, de suela muy ancha y de variados colores, proporcionan el contraste que las diseñadoras proponen para el próximo invierno, que se resume en una mezcla de lujo decadente con la cultura urbana de espíritu joven.
El look de los modelos se caracteriza por su naturalidad: un tenue maquillaje y el pelo suelto a su caída natural o bien recogido levemente. Destaca la abundancia de elementos decorativos, entre los que sobresalen los bolsos de tamaño maxi, los collares, los pendientes y los broches, todos ellos decorados con colas de animales que recuerdan a la campiña inglesa.