EDIMBURGO 1 Ago. (EUROPA PRESS) -
'Blanca y radiante va la novia', quien llegó de la forma más elegante y -como manda la tradición- cinco minutos tarde a la iglesia de Canongate, donde el novio esperaba. Tras siete años de noviazgo, la nieta de la Reina Isabel II y el jugador de rugby se daban el 'sí, quiero' en la primera boda escocesa en los Windsor desde hace 20 años.
Zara Phillips dejó anonadados a todos los miembros de la familia real británica cuando hizo su aparición con un sencillísimo diseño de Stewart Parvin, en seda de color marfil satinada y un velo tipo catedral hecho del mismo material que el vestido además del mítico tul.
La novia, de 30 años, que es la prima del Príncipe Guillermo de Inglaterra, llevó un ramo nupcial hecho a base de impresionantes lirios en color crema combinados con cardos de un azul plateado, que casaban a la perfección con el atuendo elegido.
En los pies, la recién estrenada como esposa de Mike Tindall se calzó unos Jimmy Choo y, para la cabeza, se hizo con la lujosa tiara de la Princesa Anne.
Mientras que su recogido estuvo en manos del estilista Evangelos Tsiapkinis y su maquillaje corrió a cargo de Bobbi Brown, una de las favoritas de la Princesa Catalina.