MADRID, 20 Sep. (CHANCE) -
Suena música de violines y la primera modelo de Mario Coello irrumpe en la pasarela. En el backstage, el diseñador que ha sido discípulo de Valentino durante cuatro años, ve por fin su sueño hecho realidad.
Tras mucho tiempo trabajando para los grandes de la moda, Coello se ha animado a presentar su primera colección en solitario para la primavera verano 2017 en Samsung Ego, la pasarela para jóvenes promesas de la MBFWM. "Por fin me he lanzado a hacer lo que me gusta", cuenta a CHANCE el valenciano.
Mario Coello empezó su carrera de la mano de Gianfranco Ferré y después todo vino rodado. "Me fui a Milán a estudiar en el Istituto Marangoni y en Ferré me contrataron como asistente de diseño. Después me marché a Roma para trabajar con la casa Valentino justo el año que Maria Grazia Chiuri, que fue quien me hizo la entrevista, se estrenó como directora creativa", nos relata en su vestuario en IFEMA, donde tiene un panel de corcho enorme con fotografías de flores, hojas de laurel y esculturas que han sido muy inspiradoras para él, como la obra de mármol de Bernini Apolo y Dafne, para crear su colección Dafne, que ha presentado este martes en Madrid.
"Dafne me sirve de pretexto para desarrollar la idea de la colección. Ella sufre una metamorfosis, como cuenta Ovidio en Metamorfosis, y se convierte en laurel. He querido romper las barreras entre las superficies que componen un look y he desdibujado los límites entre la figura humana, el tejido y los elementos naturales", añade Coello, que aunque no se considera un romántico al uso, esta le ha hecho conocer una faceta suya a la que nunca le había prestado atención. "Cuando estuvimos preparado el fiting me di cuenta por primera vez de que me había salido una colección súper romántica".
La mujer de Mario Coello es una mujer contemporánea y sofisticada, pero siempre con una base clásica que procede de su admiración por los grandes de la moda como Cristóbal Balenciaga. "Nadie hacía unos patrones como los suyos ni elegía mejor los tejidos. Le admiro aunque no tiene nada que ver con el pret-à-porter y él fuera Alta Costura, aunque cuando se retiró confesó que si hubiera sido más joven hubiera hecho un pret-à-porter maravilloso".
Sobre la pasarela, han abundado los tejidos nobles, en su mayor parte organza de seda, organdí, bordados de organza... "He escogido tejidos que me han servido para crear texturas más opacas, como el lúrex, que es un tejido un poco más técnico, pero por lo general son tejidos que me han permitido crear ilusiones con las transparencias y degradados, desde el pistilo al cuerpo de Dafne", apostilla.
Cuando termina el desfile, y ya mucho más relajado que los días anteriores cuando solo pensar en hablar con la prensa le daba pavor debido a su extremada timidez, el diseñador, que pasó también por los talleres de Elie Saab en Beirut y París y Giambattista Valli en Italia, sale a saludar a un público que no deja de aplaudirle.
El discípulo de Valentino ha llevado los deberes hechos y se ha notado. "Valentino ha sido quien más ha influido en mí. Han sido muchas horas empapándome de la historia de la maison que, al fin y al cabo, se han quedado impregnadas en mi ADN", finaliza.