MADRID, 22 Feb. (EUROPA PRESS)
Si, según ha informado el diario The New York Post, una botella de vodka de 500 dólares y sentarse en la mejor mesa de la discoteca fueron los motivos que llevaron al hijo de la princesa Carolina de Mónaco a partirse la cara con el dueño del local, el empresario estadounidense Adam Hock.
Según la versión del dueño de la discoteca, todo fue culpa de un amigo de Pierre Casiraghi, Stavros Niarchos. Al parecer, los del bando del príncipe monegasco no toleraban que los amiguitos y amiguitas de Hock estuvieran sentados en la mejor mesa del garito disfrutando de una botella de Grey Goose de 500 dólares.
"Unos borrachos creyeron que merecían estar en la mejor mesa y con las chicas más guapas", apunta el empresario y sostiene que él lo único que hizo fue defenderse de "empujones y puñetazos que venían de todos lados" y "de un botellazo en un hombro".
"Si el tío ese de Mónaco está malherido, lo siento. Nunca quise que ocurriera una cosa así", añade Adam quien el domingo fue obligado a comparecer en el juzgado de Manhattan. Después fue puesto en libertad, aunque tendrá que volver dentro de un mes.
La otra versión de los hechos viene de parte de una amiga de Casiraghi, Nima Yamani que apunta a que el agresor fue el dueño del local. "El príncipe se acercó a la mesa y Adam le golpeó sin ningún motivo", explica.
Mientras otro testigo de lo ocurrido declara en el New York Post que "la cara de Pierre parecía rota, con cortes profundos y sangre por todas partes". De hecho, "parecía que necesitara cirugía plástica".