MADRID 26 Abr. (Por Alba González) -
Laurentien van Oranje es princesa, madre y escritora. A pesar de que en nuestro país no es muy conocida, a ella le apasiona España. De hecho, a sus 23 años, pasó un verano en Santander para aprender nuestro idioma. Este no es la única lengua que habla. A sus 45 años maneja el japonés, alemán, inglés, holandés y español. De este último ha perdido la práctica pero se muestra optimista y quiere retomarlo.
Elegante, sencilla y cercana, charlamos con ella en un hotel céntrico de Madrid para que nos contara su faceta de escritora de libros infantiles. En él, hace reflexionar a niños y mayores sobre el medioambiente. En Holanda ha conseguido vender más de 25.000 ejemplares y espera que aquí también se repita su éxito. Casada con el tercer hijo de la Reina de Holanda, tiene junto a él tres hijos de los que se siente orgullosa.
- ¿Cómo surge su faceta de escritora?
- Mi primera inspiración fue cuando leí en 2007 que los rusos habían plantado una bandera en el fondo del océano glaciar ártico del polo norte. La simbología de aquello me abrumó. Sentí que aquello era la forma en la que no debíamos tratar al planeta. Me pareció un acto medieval eso de que se apropiasen de un trozo de tierra que pertenece a todo el mundo. Esto fue el chispazo que me encendió y así empecé con "Mr Finney".
- ¿El nombre del protagonista y el hecho de que sea un tiburón tiene algún significado especial?
- Sí fue una elección consciente el personaje. La clave es que es una criatura que está por encima y por debajo del agua. Tiene pies y camina pero, al ser un tiburón, también puede ser submarino. El hecho de que sea un animal marino responde a que ellos son los primeros en sufrir el empeoramiento del planeta.
- En este primer libro 'El señor Finney' vive en un mundo patas arriba. ¿Cree que nosotros también vivimos en un mundo que está patas arriba?
- En cierto modo sí. La decisión de poner este subtítulo fue consciente. Me considero una persona optimista por naturaleza, no soy una persona cínica, no me gusta emitir juicios sobre las cosas. Creo en lo veloz del mundo, me encanta Internet. Pero también creo que debemos parar de vez en cuando para reflexionar porque si no lo hiciéramos si que tendríamos de verdad el mundo patas arriba.
- ¿Por qué un libro infantil?
- Esto es mucho más que un libro infantil. En última instancia se dirige a los adultos. Quiero que niños y adultos se sienten juntos para leer y comentar el libro. Con él pretendo estimular la fantasía de los libros. Es una historia infantil sí, pero sirve como herramienta para estimular un diálogo. Lo que pretendo es que los niños le pregunten a sus padres y estos, tengan que sentarse a pensar y recapacitar.
- ¿Le ha gustado a sus hijos?
- Mis hijos son grandes fans de 'Mr Finney', como muchos de los niños. No le pido que sean mis fans, ellos lo son porque les atrae la historia. Sí que es verdad que cuando terminé de escribir el libro, se lo leí a los niños y ellos me hicieron comentarios, me sugirieron cosas, e hice cambios respondiendo a sus sugerencias. No obstante, tuve que elegir un hilo una voz y, ente caso, no fueron ellos sino el hecho de los rusos. Pero sí es verdad que el hecho de ser madre me ha hecho ver el mundo desde el punto de vista de los niños y me ha ayudado de una forma indirecta.
- Tiene tres hijos. ¿Le gustaría ampliar la familia?
- En mayo voy a cumplir 45 años y, no es que sea solo por la edad, pero somos una familia muy feliz, estamos contentos de tener a estos tres hijos y prefiero quedarme como estoy. Tengo una vida profesional que me satisface mucho, hay muchas cosas que me gustan hacer. Colaboro con campañas a favor de la alfabetización, La literatura infantil, tengo además muchas amistades... Creo que debo repartir mi tiempo en todas estas cosas. Ahora mismo tengo un equilibrio que me satisface mucho.
- Se nota que está volcada en temas de educación. ¿Cree que hay un tipo de educación que sea la correcta para un niño?
- Creo que los sistemas educativos deben encajar en la cultura en la que están encuadrados. No creo que haya uno mejor que otro. Es verdad que entre los países podemos aprender mucho los unos de los otros. Como Presidenta del Grupo de Alto Nivel sobre alfabetización de la Unión Europea, si que miramos el tema de alfabetización y el analfabetismo en diferentes países. Hace poco un niño de 8 años me dijo algo precioso: "Los niños vamos al colegio para crear mañana adultos que sí sepan cuidar el planeta".
- Este es su primer libro. ¿Tiene pensado seguir escribiendo?
- Sí, en febrero salió en Holanda el segundo libro de 'Mr Finney'. En este caso tratará la elevación del nivel de agua y el calentamiento global pero, también, los refugiados climáticos. Además del tema medioambiental también hay un tema humano.
- Ha pasado dos días en Madrid. ¿Qué es lo que más le gusta de nuestro país?
- Me encanta el sur, el sol y el tiempo cálido. En un nivel más profundo, creo que hay muchas similitudes entre la cultura holandesa y española. A juzgar por mi experiencia creo que la gente es abierta, es directa, clara. Es un lenguaje muy claro. Siempre me he sentido aquí muy bienvenida. Cuando tenía 23 años pasé un verano estudiando español en la universidad Menéndez Pelayo en Santander y, aunque ahora me falta práctica y quiero aprender más, esto me está sirviendo de acicate. Ahora estoy muy inspirada para volver, retomar el lenguaje, practicar y me apetece mucho.
- Conoce a la familia Real Española. ¿Con quién entabló más conversación o le pareció más cercano?
- Les conozco a todos. La relación entre las familias es muy buena y nos alegra que eso sea así.
- ¿Cuál es su función en la Casa Real Holandesa?
- Estoy casada con el tercer hijo de la Reina de Holanda y realmente no tengo ningún papel institucional. Me encargo del contenido en las áreas de educación, alfabetización, lenguaje, cultura. Todo encaja un poco. Todas las cosas que hago encajan en mí, pero no es por mi papel institucional. Mi forma de ver el mundo es una. Me hubiera casado con quien me hubiera casado, mis padres me educaron desde pequeña para usar mis capacidades, para tratar de ver que es lo que hacía bien e intentar influir en el mundo.
- Se ve que usted es una mujer muy comprometida con el medio ambiente. ¿Cree que su posición ayuda para hacer llegar su mensaje a la sociedad?
- El tiempo dirá si estoy influyendo en la gente. Yo espero que sí. De hecho, hago más labores en este sentido. Por ejemplo, soy miembro de la Fundación Europea sobre el clima y trabajo para el WWF. Estoy haciendo mi contribución pero que la gente lo recoja no depende de mí. Aún así sé que este es un grave problema y entre todos debemos solucionarlo. Yo intento coger el coche lo menos posible.
A pesar de todo no esperaba el éxito que he tenido en Holanda, de hecho me he abrumado al conocer que he vendido más 25.000 ejemplares, que es muchísimo allí y ha sido una gran sorpresa.
- Cuando no se dedica ni a sus hijos, ni a escribir ¿Qué le gusta hacer?
- Dormir. (Risas) Realmente soy muy afortunada porque hago lo que me gusta. Todas estas cosas me relajan. Es verdad que a veces hace falta un poco de calma y tiempo para coger un buen libro de literatura y poder disfrutarlo. Pero bueno, me divierte hacer tanto las cosas que hago que para mí no es una carga. Tanta energía viene de mi padre.