El gladiolo es una de las flores más bellas que puedes encontrar. Su colorido y la plasticidad de la cascada que forman sus flores, hacen que sea la flor ideal para crear ramos y adornos florales que enriquezcan tu hogar. Su nombra viene de la palabra latina "gladius", que significa espada, debido a sus hojas puntiagudas, gruesas y robustas.
En al antigua Roma esa costumbre ofrecer gladiolos a los gladiadores como símbolo de victoria. En el mundo podemos encontrar más de 180 variedades nativas de esta planta repartidas por África, Europa, Oriente Medio y algunas áreas asiáticas.
La siembra y el suelo
Debes ser muy cuidadoso con la tierra que utilices para sembrar estas flores. Es preferible que el terreno en el que vayas a plantar los gladiolos no haya sido usado el año anterior para el mismo cultivo, ya que las plantas suelen ser muy agresivas con estas plantas.
Para que un gladiolo se cultive en toda su plenitud, el suelo debe ser rico n humus, estar bien drenado y ser ligeramente ácido. La temperatura ideal del mismo debe rondar los 10-14ºC, pero si sobrepasa los 30ºC puede ser perjudicial.
Si quieres cultivarlos en casa, lo mejor es que acudas a tu vivero de confianza y compres algunos bulbos de 2 a 3 centímetros y que sean de apariencia contundente. Es más, los bulbos de gladiolos alargados suelen germinar mejor que los aplanados. La plantación se realizará sobre un lecho de arena, y cada bulbo estará separado del siguiente por unos 30 centímetros en cada una de las hileras.
Multiplicación y cuidados
Si quieres que tus gladiolos se conserven a la perfección, el riego debe ser abundante, empapando bien las raíces y realizando hincapié en los diez primeros días de la plantación. Además la frecuencia de riego aumentará también cuando aumente el tamaño de la base de las vainas de las hojas.
El abono debe estar formado por compuestos ricos en materia orgánica. Cuando la planta alcance unos 15 centímetros de altura, deberás abonar cada tres semanas. El gladiolo requiere una humedad ambiental elevada comprendida entre el 60 y el 70%.
Al ser una planta muy sensible a las plagas tendrás que utilizar insecticidas cada dos semanas para evitar que las flores sean pasto de pulgones y orugas. El resultado de todos estos cuidados será una gran masa verde coronada de grandes flores en tonos muy variados que destacará por encima del resto de las plantas de tu jardín.
La Floración
Pasadas unas cuatro semanas después de la plantación, comenzarán a aparecer las primeras espigas que darán lugar a las flores. Esta planta requiere mucha luz, de hecho florecen mucho mejor si cuentan con doce horas de solar diarias.
Eso sí, con la falta de luminosidad las plantas se quedan ciegas y no pueden ofrecer su colorido más vivo. Por esta razón, en los invernaderos necesitan aportar luz artificial si hay carencia de sol. Si cultivas los gladiolos para hacer ramos que decoren tu hogar, es preferible que los cultives al aire libre o en túneles de plástico.
En el primer caso, los bulbos deberán estar a unos 8 centímetros de profundidad, para que cuando florezcan el peso de las flores no tumbe a la planta. Una vez cortada, la flor del gladiolo se conservará en buenas condiciones si se mantiene en posición vertical.
Por último, si quieres conservar los bulbos de un año para otro, debes arrancarlos una vez podados los tallos. Esto debe hacerse lo antes posible, ya que si no los bulbos se pudrirán. Si el tiempo es cálido, se puede realizar al aire libre, ya que lo ideal es que estén a 25ªC.