MADRID, 30 Ene. (CHANCE) -
La apariencia física se ha convertido casi en obsesión para muchas personas que miran con lupa las calorías, componentes, beneficios y perjuicios de los alimentos que incluyen a diario en su alimentación. Y no es un tema baladí. Existen multitud de falsos mitos que rondan en torno a ciertos alimentos, que pueden perjudicar seriamente a la salud.
Álex Pérez, nutricionista de Go fit, afirma que el bombardeo constante al que nos vemos sometidos diariamente a través de noticias, publicidad, Internet, consejos de amigos y familia pueden confundirnos e inducirnos a error. Lo peor es que obedecer a todas las falsedades que rondan a nuestro alrededor puede llevarnos a perder la salud.
Por eso, desde Go fit han decidido aclarar algunos de los mitos más frecuentes sobre la alimentación y que pueden inducir a error a la hora de elegir qué y cómo comer.
1. La sal engorda: la sal retiene líquido en nuestro cuerpo, pero no genera grasa corporal. El agua retenida aumenta el peso corporal, pero, en el momento en el que dejamos de comer sal en exceso, recuperamos el peso inicial.
2. Las espinacas potencian la fuerza: a Popeye puede ser. ¡A nosotros no! Las espinacas nos aportan fibra, vitamina K, B9 y A, potasio y un poquito de hierro y muy pocas Kilocalorías. El mito de las espinacas y el hierro es simplemente eso, un mito. La cantidad que aporta de este mineral es bastante insignificante, aparte de ser menos eficaz que el que aportan los alimentos de origen animal.
3. El agua engorda durante las comidas: ¡falso! El agua engorda lo mismo antes, durante y después de comer: ¡Nada! El agua tiene 0 kilocalorías. No engorda.
4. La cerveza engorda: si sólo bebes una lata, ¡no incrementas tu peso! Todo depende de la cantidad. El alcohol y los carbohidratos que contiene, que varían según el tipo de cerveza, aportan entre 35 y 40 kcal/ 100 gr. En una lata de cerveza podemos ingerir entre 100 y 120 kcals.
5. El pan engorda: depende de la cantidad y de la variedad. El problema aparece cuando acompañamos todas las comidas con pan, que supone un extra difícil de cuantificar y controlar. ¡Pero un poco de pan no hace daño!
6. Los productos lácteos perjudican la salud: depende del contenido en grasa que tengan los productos lácteos que consumamos y de la cantidad. Si no existe intolerancia a la lactosa o alergia a la proteína de vaca, no son perjudiciales para la salud.
7. Los productos lights adelgazan y los productos 0% grasas son más saludables: un alimento light que, por definición, aporta menos calorías que su homólogo no light, puede aportarnos demasiada energía, más de la necesaria (por ejemplo las patatas fritas light). Además, puede ser que un producto 0% grasa contenga otros nutrientes que nos aporten más calorías, como los carbohidratos y las proteínas.
8. Los productos integrales engordan menos: si tienen exactamente la misma composición que los hechos con harina refinada, sí, aunque no de forma espectacular. 100 gramos de pan blanco aporta 260 kilocalorías, mientras que 100 gramos de pan integral aporta 230 Kcal. La diferencia radica en que el pan integral es más rico en fibra, vitaminas y minerales. Así que no te engañes, unas magdalenas integrales no dejan de ser magdalenas, con mucha grasa y azúcar, aunque la harina para su elaboración sea integral.