Candela Serrat: "Si empiezas haciendo mucha tele corres el riesgo de encasillarte"

La Actriz Candela Serrat
BEATRIZ VELASCO/EP
Actualizado: martes, 20 diciembre 2011 14:03

MADRID 20 Dic. (Por Lara Olmo) -

Hace poco más de un mes que Candela Serrat rompía definitivamente con su 'anonimato' subiéndose a las tablas para demostrar que lo suyo no es la música, sino la interpretación. A la hija de Serrat no le han regalado nada, ella sola en su debut teatral dejó bien claro que es una actriz con un enorme potencial.

Después de 'La alegría de vivir', ahora estrena en el mismo Teatro Galileo 'Julio César', una obra de Shakespeare ambientada en el Imperio Romano y en la que interpreta a la mujer de Bruto, el protagonista. Personaje al que da vida Fernando Escudero, un joven actor con el que Candela ya compartió cartel en su debut y con el que mantiene una relación muy especial.

Mientras saborea esta oportunidad que le está dando la vida, Candela sólo piensa en seguir aprendiendo de esta profesión que tanto le fascina. Cuenta con el apoyo de sus padres, aunque en un principio no le hubieran reservado un porvenir así, y con una sensatez consolidada gracias a lo que ellos le enseñaron desde muy pequeña.

- Esta es la segunda obra de teatro que estrenas en apenas un mes, después de tu debut. ¿Cómo te sientes?

- Estoy más tranquila, porque ya he trabajado con algunos de los compañeros y tengo la suerte de que mi papel es mucho más breve. De todas esto para mi sigue siendo un debut.

- ¿Qué aprendiste en Londres de la profesión?

- Fue una formación completa, desde montar un escenario hasta interpretar. Trato de irme en cuanto puedo a seguir aprendiendo. Lo que más me gusta de esta profesión es eso, que no paro de aprender y me fascina. En Londres mi visión de la profesión cambió mucho, me di cuenta realmente de su valor.

- ¿Temes que el anonimato del que has disfrutado hasta ahora se transforme en popularidad?

- Creo que eso depende mucho de la persona. Al principio es más difícil, porque tienes que venderte mucho y darte a conocer, pero lo que no quieres contar no se cuenta, y ya está. No lo temo, he crecido sabiendo siempre cuáles son las cosas con las que no hay que jugar para vender tu vida.

- ¿Ya te van poniendo novios?

- No, y eso que estoy muy bien acompañada en las obras (risas). Fernando Escudero y yo nos conocemos desde hace tiempo, hemos sido amigos desde el principio, y me ha ayudado mucho. Siempre es mi marido, mi novio, mi amante... hay mucha química.

- Si tuvieras que venderte como actriz, al margen de tu apellido, ¿qué dirías?

- En los grandes proyectos no tienen muy en cuenta esas cosas, al menos así quiero verlo yo. Me gustaría que no hubiera prejuicios, ni buenos ni malos, para no decepcionar. Soy muy cabezona, muy disciplinada y trabajadora.

- ¿El apellido Serrat puede acarrear prejuicios negativos?

- Mi familia tiene muchos años de experiencia detrás, y yo acabo de empezar. No hay que ser iluso, y se pueden decepcionar conmigo. Lo que quiero es que la gente venga a verme con la mente abierta. Pero apellidarme 'Serrat' nunca ha supuesto una presión para mi.

- Tu padre te aconseja siempre que seas discreta pero, ¿cómo interpretas tú esa discreción?

- No consiste en esconderte, sino disfrutar al máximo de lo que hago conociendo los límites. Para mi significa mantener todo aquello que no tenga que ver con las tablas, en mi casa. Es a lo que me han acostumbrado desde pequeña en casa.

- ¿Qué aspiraciones profesionales tienes?

- La verdad es que me conformo con poder vivir de la interpretación, y pasármelo bien. Para ello haré proyectos de todo tipo, no hace falta hacer grandes producciones.

- Si te preguntan por cine...

- Depende del proyecto, me encanta el teatro pero no rechazaría algo interesante fuera donde fuera. La imagen hoy en día se vende mucho, y me va a tocar hacer algo de tele o cine. Pero la cámara me impone mucho, prefiero tener al público delante y ver sus reacciones. Cuando se entrega disfruto muchísimo. Si empiezas haciendo mucha tele corres el riesgo de encasillarte, luego subes a las tablas y no conoces nada.

- ¿Qué otras cosas tienes en común con tu familia, además de la vena artística?

- La vena musical, pero no tanto por mi padre sino por mi madre, que fue la que se empeñó en que tocara un instrumento, ella me llevaba a la ópera y al teatro. Le dediqué muchas horas a mi formación musical, hasta que decidí que la música no era lo mío, aunque tuve que esperarme a ser mayor de edad porque mis padres se negaban. Los deportes también, en mi casa siempre los hemos seguido mucho, sobre todo de mi padre. Y en mi familia nos gusta mucho viajar, no somos gente dependiente, y vamos mucho a nuestro rollo.

- ¿A quién te pareces más, a tu madre o a tu padre?

- Ahora que empiezo a centrarme y a formarme me parezco a mi padre, pero hasta hace poco era igual que mi madre. A ella le encantaba viajar y conocer cosas nuevas, pero mi padre siempre fue más metódico. Sigo disfrutando de mi vida pero tratando de coger las riendas y buscando mi sitio.

- ¿Cómo reaccionaron cuando supieron que querías ser actriz?

- Bien, pero sin euforia. Me avisaron de las complicaciones que tenía esta profesión, y además me exigieron que estudiara una carrera para que tuviera otras alternativas y me centrara. Cumplí con mi parte, hubiera hecho cualquier cosa que me hubiesen pedido, y en cuanto terminé me fui fuera a estudiar. De todas formas ellos siempre están apoyándome.

- ¿Fuiste una niña muy controlada?

- Sí, porque era la pequeña de la casa y la más rebelde. A mi madre la llevé en más de una ocasión por el camino de la amargura, fui un bicho.