MADRID, 25 Feb. (CHANCE/Sheila Domingo) -
Han pasado diez años desde que vimos por primera vez a un joven Yon González de diecinueve años debutar ante nuestras pantallas con "SMS", una serie que lo catapultó como un ídolo de masas.
Fue su primer contacto con la interpretación y desde ese momento su carrera ha ido creciendo como la espuma, llegando a ser uno de los actores más demandados. Lejos han quedado sus papeles de chico adolescente en los que se paseaba sin camiseta ante la cámara, ahora, mucho más maduro, da vida a un policía infiltrado en Bajo Sospecha. La serie de Antena3 emite su segunda temporada con nuevo caso y nueva localización, un Hospital a las afueras de Madrid en el que Yon González se infiltra como enfermero.
CHANCE: La desaparecida es francesa, ¿Qué tal será tu relación con la policía francesa?
Yon González: Bien, es un rollo "Ocho apellidos vascos" pero a nivel europeo (ríe) y en drama.
CH: Ahora que tenéis más confianza, ¿Seguirás enfrentándote al comisario?
Y.G: Con confianza o sin confianza mi personaje es un tío muy directo y si tiene que decirte algo lo va a hacer, va a colocar las cosas en su sitio. Irá a menos, será desde un sitio más ameno y llevadero, no le voy a dar mucha caña. Las relaciones evolucionan y cuando las conoces les entiendes.
CH: ¿Tu personaje tiene trama romántica?
Y.G: Víctor es poco romántico.
CH: ¿En la vida real también eres poco romántico?
Y.G: Bueno, soy.
CH: ¿Cómo lo hará tu personaje para disimular que no es enfermero?
Y.G: Con la misma cara de póker, de camarero trabajé cuatro años en mi vida real más dos en la ficción, lo tenía más pillado. En la temporada se cuenta que alguna vez lo hago mal estando en la UCI con algún enfermo, ahí se ve que no llevo la enfermería igual que la bandeja.
CH: ¿Qué otros proyectos tienes?
Y.G: El 7 de marzo empiezo "La catedral del mar", una maravillosa novela que me he leído. Tengo que cambiar un poco físicamente y de carácter, no me han pedido nada, pero si lees la novela se ve que no es alguien como yo, que es más fuerte.
CH: ¿Cómo llevas lo de ir al gimnasio?
Y.G: Aún no he empezado, no tengo tiempo. Salgo de rodar y me toca ponerme a estudiar.
CH: ¿Vas a echar de menos a Blanca Romero?
Y.G: Siempre se le echa de menos a Blanca. El personaje que hace ella lo hace ahora el chico francés y no Olivia como se dice. El trabajo que hacía con Blanca lo hago ahora con el chico francés, y la parte más romanticona con Olivia.
CH: Se cumplen diez años de tu debut, ¿Qué balance haces?
Y.G: Muy bueno, espero que la cosa siga así y que no pare. Estoy contento de que la cadena siga contando conmigo.
CH: ¿Se han cumplido tus expectativas?
Y.G: Sí, y más. Hacer dos o tres series de protagonista al año es una suerte. Estoy contento de hacer televisión, es un trabajo constante y difícil. Hoy el que no hace televisión no hace cine y eso lo noto, al final interesa gente que mueva a gente porque esto no deja de ser un negocio. Si no fuese así en la película que he hecho con mi hermano de cine de autor nos hubiesen echado un cable.
CH: ¿Ha cambiado mucho tu relación con las fans en todos estos años?
Y.G: Ahora las fans me respetan más, a mí y a mi trabajo. La percepción que tiene la gente de este trabajo no es la real, me han dado palmaditas en la espalda diciéndome que qué guay estar en la televisión cobrando y sin hacer nada. No tienen ni idea, pero es así la imagen que se llevan de nosotros.
CH: ¿En qué notas que las fans te respetan más?
Y.G: Antes no había ningún tipo de filtro, ahora la gente se acerca con más timidez. Ahora ya no estoy todo el día sin camiseta en las series, pero qué vas a vender sino con diecinueve años. En "SMS" y en "El Internado" estaba todo el día en pelotas, después de cinco o seis años me gané la camiseta.