MADRID 15 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los escáneres cerebrales de adolescentes revelan un circuito emocional más activo en las chicas a medida que cumplen años pero no en los niños, según un estudio del Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos que se publica en 'Child Development'.
El estudio muestra cómo este circuito diverge en el cerebro masculino y femenino durante una fase de desarrollo en el que las chicas se encuentran bajo un mayor riesgo de desarrollar trastornos del estado de ánimo y de ansiedad.
Según explica Daniel Pine, director del estudio, "durante este tiempo de elevada sensibilidad al estrés y las percepciones de los otros chicos y chicas, las chicas se preocupan cada vez más por cómo las ven los otros, mientras que los chicos tienden a enfocarse más en su estatus dentro del grupo".
Pine señala que en el estudio, "la perspectiva de interacción con los otros activaba el circuito cerebral que participa en la aproximación en vez del responsable del retraimiento y el miedo, lo que se asocia con ansiedad y depresión".
En el estudio participaron 34 chicos y chicas de entre 9 y 17 años que participaban en grupos de chats a través de Internet. Se les decía que después de una imagen de resonancia magnética funcional (IRMf) chatearían online con otro adolescente de una localización de un estudio con el que se colaboraba. Cada participante debía tasar su interés en la comunicación con cada uno de los 40 adolescentes que se les presentaban en la pantalla informática para que se les vinculara a un participante con un alto interés para ellos.
Dos semanas después, los adolescentes veían las mismas caras mientras que pasaban por un escáner de IRMf pero esta vez se les pedía que tasaran el interés que consideraban que podían tener los otros chicos con los que iban a chatear sobre él o ella. Sólo después de que dejaran el escáner se les decía que las caras eran de actores y no participantes en el estudio y que no se produciría la charla a través de Internet.
Los adolescentes estimaban que las mismas caras que inicialmente habían elegido como de alto interés eran las que consideraban que estaban más interesadas en interactuar con ellos. Los participantes de más edad tendían a elegir más caras del sexo opuesto que los más jóvenes.
Cuando evaluaban el interés anticipado de los otros adolescentes hacia los que se sentían más atraídos, las chicas mayores mostraban una mayor actividad cerebral que las de menos edad en el circuito que procesa la emoción social.
"Este cambio en el desarrollo sugería un cambio en el cálculo socio-emocional desde la evitación al acercamiento", apunta Pine. El circuito lo constituyen el núcleo accumbens, el hipotálamo, el hipocampo y la ínsula. Por otro lado, los chicos mostraban pocos cambios en la actividad de la mayoría de estos circuitos con la edad, excepto por una disminución en la activación de la ínsula.
Según los investigadores, esto podría reflejar una disminución de los vínculos emocionales interpersonales con el paso del tiempo en los chicos adolescentes a medida que cambian su interés hacia los grupos.
"En las chicas, la ausencia de activación en áreas asociadas con los trastornos del estado de ánimo y la ansiedad, como la amígdala, sugiere que las respuestas emocionales a sus semejantes podrían estar dirigidas por una red cerebral asociada al acercamiento en vez de a una relacionada con el miedo y el retraimiento. Esto refleja resistencia al estrés psicológico entre las adolescentes sanas durante este periodo vulnerable", concluye Pine.