MADRID 8 Jul. (EUROPA PRESS) -
El aumento en el desempleo similar al existente durante la existente crisis económica aumenta la tasa de suicidios y asesinatos en la población y a la vez reduce los accidentes de tráfico, según un estudio de la Universidad de Oxford y la Escuelas de Higiene y Medicina Tropical de Londres en Reino Unido que se publica en la revista 'The Lancet'.
Los investigadores, dirigidos por David Stuckler y Martin McKee, examinaron cómo los cambios económicos han afectado a las tasas de mortalidad en 26 países de la Unión Europea durante las pasadas tres décadas e identificaron cómo los gobiernos podrían reducir los efectos adversos.
Los autores descubrieron que por cada uno por ciento de aumento en el desempleo existían un incremento del 0,8 por ciento en la tasa de suicidios a edades más jóvenes que los 65 años, o entre los 60 y los 550 suicidios extra en toda la Unión Europea. Las tasas de asesinatos también crecían un 0,8 por ciento. Ambos efectos eran superiores en la población activa.
Por el contrario, los accidentes de tráfico disminuían un 1,4 por ciento. Si subía el desempleo más del 3 por ciento, las tasas de suicidio para aquellos con menos de 65 años ascendían hasta el 4,5 por ciento y las muertes por abuso del alcohol alrededor del 28 por ciento.
Los autores no descubrieron evidencias en la Unión Europea de que las tasas de mortalidad de todo tipo aumentaran cuando subía el desempleo, aunque las diferentes poblaciones tenían distintas respuestas dependiendo en parte de los mecanismos de protección social implantados que podían mitigar los daños causados por el paro, como aquellos para activar el mercado laboral.
Los investigadores señalan que las medidas de protección del mercado laboral más débiles de los países europeos del centro y el este han dejado a sus poblaciones muy expuestas a los posibles efectos negativos sobre la salud del aumento abrupto del desempleo.
El estudio sugiere que mientras que podría no existir un efecto neto sobre un país en particular, debido a que hay personas que enferman o mejoran, los datos sugieren que aquellos que pierden sus trabajos se encuentran bajo mayor riesgo y que entre ellos, los que tienen menor educación sufren los riesgos mayores. Además, los investigadores apuntan que su trabajo sólo examina la mortalidad y no los efectos de la recesión sobre los factores de riesgo y la enfermedad.
Según los investigadores, algunos de los efectos negativos sobre la salud de la Gran Depresión se manifestaron sólo cinco años después de la crisis de los bancos a finales de los años 20 e inicios de los 30.
La principal preocupación para los autores es que el miedo y la ansiedad de la crisis presente pueda tener efectos duraderos incluso después de la recuperación de los mercados, que no tendría porque suponer la recuperación de la población ante los miedos y conductas derivadas de la crisis.