MADRID 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
¿Qué tienen en común un tamborilero del oeste de Africa y un cachalote". Según algunos estudios, ambos pueden localizar el origen de sonidos emitidos con un ritmo determinado, que en el caso del cachalote puede servir para identificar una 'voz' concreta entre el parloteo de un océano repleto de los sonidos de los mamíferos marinos, un logro imposible para el poco adiestrado oido humano.
Ahora, un grupo de biólogos marinos del Littoral Acoustic Demonstration Center ha desarrollado una herramienta que puede localizar esos ritmos e identificar a animales de forma individual. Sus resultados, que se presentarán en la reunión de la Acoustical Society of America la próxima semana en San Antonio (Texas), sugieren que las ballenas realizan un esfuerzo específico para evitar que sus llamadas se superpongan entre sí.
George Ioup y su equipo de la Universidad de Nueva Orleans han desarrollado un método capaz de analizar las llamadas de los mamíferos marinos. Su técnica, que sigue principios similares a cómo el oido humano selecciona una voz determinada dentro de una maraña multitudinaria, agrupa chasquidos de sonido similares para aislar la llamada de un animal concreto.
Por su parte, Natalia Sidorovskaia, de la Universidad de Lousiana en Lafayette y sus colegas han descubierto que las ballenas cambian los intervalos entre esos chasquidos de ecolocalización de una manera que parece la apropiada para evitar el desorden de los ecos que generan esas llamadas.
"Dicho de otra forma, las ballenas actúan como conversadores educados; no se interrumpen entre sí", escribe Sidorovskaia. A su juicio, esta estrategia de comunicación permitiría a grupos de ballenas explorar su medio ambiente de una manera más rápida y eficiente.