BERLÍN, 29 Oct. (OTR/PRESS) -
Según los últimos estudios, los chimpancés podría tener una nueva cosa en común con los humanos: identifican a aquellos semejantes que consideran negativos en su entorno y los colocan en una 'lista de enemigos'. A esta conclusión llegó el Instituto Max Planck para la Antropología Evolutiva en Leipzig (Alemania) tras observar que los chimpancés tienen controlados a aquellos compañeros que les ayudaron a asearse y a quitarse los piojos de la espalda, todo un ritual social entre los primates. Además comprobaron que estos primates tienden a devolver, incluso a largo plazo, el favor a aquellos que les prestaron ayuda y a congelar su relación con los animales más egoistas que se prestan menos a esas colaboraciones.
"En cierto modo, este comportamiento funciona como moneda de cambio en los chimpancés", explica Cristina Gomes, ecologista del Instituto Max Planck. Gomes pasó varios años grabando el comportamiento diario de 44 chimpancés que viven en el Parque Nacional Tai, en Costa de Marfil. Cada día, Gomes hacía un seguimiento individual de estos animales, grabando a aquellos que se cepillaban entre sí y la duración de cada sesión de aseo. Finalmente, acmuló 87 horas de grabación.
Tras el análisis de estas grabaciones, Gomes descubrió que más de dos tercios de las sesiones de aseo no fueron recíprocas de manera inmediata. Incluso al finalizar el día los animales seguían teniendo deudas pendientes con aquellos que les habían cepillado la espalda, según el estudio, publicado en el último número de Proceedings.
RECIPROCIDAD A LARGO PLAZO
Pero estas deudas no quedaban en el aire. Cuando Gomes y sus colegas Roger Mundry y Christophe Boesch tomaron una visión a largo plazo de los datos (de al menos una semana) descubrieron un sistema de recuperación de la inversión. "La mayoría de su reciprocidad se suecede durante un periodo de tiempo más largo", explica la ecologista a NewScientist Environment en declaraciones recogidas por otr/press.
El equipo aplicó también un modelo estadístico para descartar la casualidad que podría deberse a una cuestión relacionada con el sexo, la jerarquía o la edad. Todos estos factores fueron descartados por lo que Gome asegura que la única manera de explicar la reciprocidad en los cepillados de los chimpancés a través del tiempo es la reciprocidad.
Pero Gome fue más allá y asegura que esto no quiere decir que los chimpancés mantengan un balance mental de los cepillados que reciben y que ofrecieron. "No necesariamente tiene que ser un proceso cognitivo", explica Gomes. "Podría ser emocional".
UNA EXPLICACIÓN HORMONAL
Según la ecologista, las hormonas son una explicación probable para este comportamiento de los chimpancés. Con el ajuste de los niveles de endorfinas, los primates podrían aprender a asociar la generosidad con algunos animales y la mezquindad con otros. "Creo que ésta es la base de la amistad", añade.
Rebeca Frank, una primatóloga de la Universidad de California (Los Ángeles) ha observado durante un largo periodo la reciprocidad en las hembras de los babuinos y asegura que ese nuevo estudio pone en duda los modelos de reciprocidad realizados hasta el momento de los primates, que ignoran los beneficios a largo plazo. Frank confía en que nuevas investigaciones determinen si la generosidad es emocional, como sospecha Gomes, o más calculadora.