MADRID 23 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los chimpancés prestan más atención a las caras que a otros objetos al igual que los humanos, según un estudio del Instituto de Investigación de Primates en la Universidad de Kioto en Japón que se publica en la revista 'Frontiers in Zoology'.
El estudio sugiere que el cerebro de los simios está configurado para responder a las caras de una forma similar a como lo hacen los humanos. Los científicos, dirigidos por Masaki Tomonaga y Tomoko Imura, evaluaron los efectos de una serie de imágenes diferentes en los tiempos de reacción de chimpancés.
Tomonaga señala que "es bien sabido que las caras son procesadas de diferente manera a partir de otros tipos de estímulos visuales complejos. Estudios recientes sobre percepción de caras en humanos aclararon que las caras representan estímulos especiales con respecto a la atención visoespacial también. Es decir, que son capaces de capturar nuestra atención. Hemos mostrado que los chimpancés comparten esta tendencia a apreciar y prestar atención a caras con preferencia a otros objetos".
Los investigadores dieron a los chimpancés la opción de participar en un juego para conseguir comida. Si los animales deseaban participar se podían aproximar a una pantalla de ordenador donde se mostraba una imagen, seguida por un objetivo. Si los chimpancés presionaban el objetivo recibían una recompensa. En un conjunto de experimentos se mostró la imagen en un lateral de la pantalla seguida por un objetivo en el mismo lado o en el lado que había quedado vacío antes. Los tiempos de reacción mejoraban cuando el objetivo aparecía detrás de la imagen.
Después se presentó a los chimpancés dos imágenes juntas, una de ellas de la cara de un chimpancé. Cuando apareció el objetivo tras la cara, los tiempos de reacción fueron mejores que cuando aparecían detrás del otro objeto, lo que muestra que se había atraído la atención hacia el lado de la pantalla con la cara.
Las caras de los chimpancés atraían la atención de forma más eficaz que las bananas y otros objetos como flores, casas o trenes. Este efecto se vio reducido cuando se invirtieron las caras, lo que sugiere que es la configuración específica de una cara bocarriba la que capta la atención de la mirada.
Según concluye Tomonaga, "esta captura atencional también se observó cuando se presentaron caras humanas bocarriba, lo que indica que este efecto no está limitado a su propia especie".