MADRID 6 May. (EUROPA PRESS) -
Estamos rodeados de multitud de acentos de forma cotidiana. Incluso cuando alguien utiliza un dialecto de nuestra lengua pronuncia palabras de forma diferente a cómo nosotros lo hacemos, habitualmente somos capaces de reconocer sus palabras.
La psicóloga Catherine Best, de la Universidad de Western Sydney, ha presentado un novedoso estudio sobre el desarrollo temprano de la habilidad para cruzar dialectos de forma comprensible, fenómeno que ha denominado 'constancia fonológica'.
En este experimento, pequeños estadounidenses de 15 y 19 meses fueron sometidos a tableros de ajedrez coloreados en un monitor con el fin de oir grupos de palabras que les resultasen familiares y otras que no. Completaron dos test, uno con su propio dialecto y otro con el dialecto correspondiente al inglés hablado en Jamaica.
Los resultados, descritos en Psychological Science, sugieren que la constancia fonológica resulta evidente a los 19 meses de edad, pero todavía no forma parte de las habilidades de los niños de 15 meses. Los grupos de ambas edades fueron capaces de prestar atención a mayor número de palabras familiares que a las no familiares, indicando que reconocian y preferían las palabras que conocían. Pero los niños de 15 meses no mostraron preferencia por el dialecto jamaicano, lo que sugiere una pobre reconocimiento de un acento distinto al familiar. Sin embargo, los de 19 meses mostraron la misma preferencia por palabras familiares en el acento jamaicano que en el propio, lo que indica una constancia fonológica sobre las palabras en el cruce de dialectos.
Los autores concluyen que la constancia fonológica, junto a la habilidad complementaria para diferenciar palabras con otras de sonidos similares y con no palabras (la distintividad fonológica). contribuyen juntas al sólido fundamento con el que los niños construyen rápidamente un vocabulario, y más tarde lo extrapolan del lenguaje hablado al mundo de la lectura.