MADRID, 29 Mar. (OTR/PRESS) -
A partir de una edad muy temprana, los niños con autismo tienen una percepción alterada del movimiento biológico, una capacidad que ayuda en la interacción con otros seres vivos y que está vinculada con la comprensión social, según un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale en New Haven (Estados Unidos).
El descubrimiento, que se publica en la edición digital de la revista 'Nature', sugiere que esto podría tener un efecto sobre la interacción social de estos niños en su vida posterior. La percepción del movimiento biológico se ha demostrado en muchas especies, incluyendo los humanos, y sus mecanismos neurales están vinculados con la capacidad para realizar decisiones sociales utilizando indicios, por ejemplo, de las expresiones faciales y la mirada.
Los investigadores, dirigidos por Ami Klin, sugieren que esta capacidad perceptual podría estar ausente de los niños con autismo. Los investigadores evaluaron niños de dos años con autismo y niños control de la misma edad en relación a los patrones de atención cuando veían movimiento biológico como una marioneta que se escondía y reaparecía en un formato normal o alterado.
Los autores descubrieron que los niños con autismo no seguían el juego y que en vez de ello se distraían con otros ruidos asociados que eran ignorados por los niños control. Esto sugiere que son muy sensibles a los indicios físicos no sociales y podría explicar por qué los niños con autismo no consiguen mirar a los ojos de las personas y se centran más en el área de la boca.
Los niños autistas también prestaban más atención al juego cuando observaban el juego con las marionetas en su sentido inverso, un formato procesado por circuitos del cerebro diferentes a los del movimiento biológico. Esto sugiere una posible alteración de un importante mecanismo de interacción social. Los datos del estudio proporcionan más información sobre cómo los niños con autismo experimentan el mundo que les rodea, especialmente durante sus primeros años de vida.