MADRID, 9 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de radioastrónomos está observando cómo despierta un agujero negro durmiente con 20 millones de veces la masa del Sol, situado a 42 millones de años luz de distancia.
Dirigido por Megan Argo, del Centro Jodrell Bank de Astrofísica, está viendo una dramática visión de cómo la materia cae al agujero negro por primera vez, quizás, desde hace millones de años. La observación ha sido presentada en la reunión de la Royal Astronomical Society en Gales.
Casi todas las galaxias, incluida la nuestra, parecen tener un agujero negro en su centro. La mayoría de las veces son tranquilos, con su fuerza gravitacional invisible conformando su entorno. Pero en el 10% de las galaxias, el agujero negro central es mucho más activo, tragando materiales y escupiendo chorros gigantes. Por primera vez, el nuevo estudio muestra evidencia convincente del 'encendido' de esta fase activa, en un agujero negro en el centro de la galaxia NGC 660, a 42 millones de años luz de distancia en la constelación de Piscis.
NGC 660 es un impresionante ejemplo de una galaxia sistema de anillo polar. Como la mayoría de las galaxias, tiene un grueso disco de estrellas y gas. Pero NGC 660 también presenta un anillo más grande y mucho menos denso de estrellas y nubes de formación estelar más pequeños, en órbita sobre sus polos. Este anillo adicional se cree que son los restos de un encuentro pasado con otra galaxia.
En 2012, astrónomos que usaban el radiotelescopio de Arecibo en Puerto Rico, notaron que NGC 660 de repente se había hecho cientos de veces más brillante durante unos pocos meses. Las galaxias normales no cambian su brillo muy rápidamente, ya que son sistemas muy grandes hechos de muchos (relativamente) pequeños componentes individuales en forma de estrellas, gas y polvo. Aunque pueden cambiar dramáticamente, el brillo medio de una galaxia tiende a ser muy estable.
Los resultados anteriores indican que un objeto particular dentro de la galaxia ha sufrido un cambio importante y ha llegado a ser mucho más brillante, y la causa más probable es o bien una estrella en explosión, o el agujero negro supermasivo central. Pero las observaciones de Arecibo sólo podían hacer alusión a lo que estaba sucediendo.
En los últimos tres años, un equipo de científicos dirigido por Argo ha examinado resultados archivados desde telescopios terrestres y espaciales. Luego utilizaron tres observatorios de radio: el e-MERLIN del Reino Unido, la matriz de Westerbork en Holanda, y la Red Europea VLBI (EVN) que también incluye telescopios en Rusia, China y Sudáfrica.
Los discos de radio individuales tienen muy pobre resolución, por lo que los astrónomos enlazan telescopios ampliamente espaciados juntos para simular un instrumento mucho más grande - una técnica conocida como interferometría. Con diferentes redes de telescopios que trabajan en este modo, el equipo pudo entonces mirar a NGC 660 en detalle.
Las nuevas imágenes muestran características de cerca de un año luz de diámetro, alrededor de un cuarto de la distancia entre el Sol y Alfa Centauri, la estrella más cercana. Revelan una nueva fuente de radio muy brillante en el centro de NGC 660, justo donde se espera encontrar el agujero negro supermasivo central.
Los agujeros negros inactivos no emiten grandes cantidades de radiación, por lo que sólo pueden detectarlos por su efecto gravitacional sobre las órbitas de estrellas alrededor de ellos. Pero el agujero negro en NGC 660 es ahora muy evidente, y es varios cientos de veces más brillante que cualquier cosa vista en el centro de NGC 660 en el archivo de imágenes de radio antes de 2010.
"Hay muchos ejemplos de galaxias con agujeros negros activos que ya se conocen, a menudo con chorros enormes estirándose millones de años luz en el espacio intergaláctico. Pero NGC 660 es especial: por primera vez podemos ver la puesta en marcha de esta actividad".