MADRID, 30 Ene. (EUROPA PRESS) -
Aunque no podemos sentirlo, estamos en constante movimiento. Y esto vale, por elevación, hasta para nuestra galaxia, la Vía Láctea. Ese movimiento resulta se más complejo de lo esperado.
La Tierra gira sobre su eje a unos 1.600 km/h; orbita alrededor del sol a unos 100.000 km/h; el Sol orbita nuestra galaxia Vía Láctea a unos 850.000 km/h; y la galaxia Vía Láctea y su galaxia compañera Andrómeda se están moviendo con respecto al universo en expansión a aproximadamente 2 millones de km/h (630 km por segundo). Pero, ¿qué está impulsando la carrera de la Vía Láctea a través del espacio?.
Hasta ahora, los científicos asumieron que una densa región del universo nos está tirando hacia ella, de la misma manera que la gravedad hizo que la manzana de Newton cayera a la tierra. El "primer sospechoso inicial" se llamaba el Gran Atractor, una región de media docena de ricos grupos de galaxias a 150 millones de años luz de la Vía Láctea. Poco después, se centró la atención sobre un área de más de dos docenas de cúmulos ricos, llamada la Concentración o Supercúmulo Shapley, que se encuentra a 600 millones de años luz más allá del Gran Atractor.
Ahora, investigadores dirigidos por el profesor Yehuda Hoffman, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, en Israel, informan que nuestra galaxia no sólo está siendo atraída, sino también empujada. En un nuevo estudio que se publica en 'Nature Astronomy', describen una región muy grande previamente desconocida en nuestro barrio extragaláctico. En gran parte desprovisto de galaxias, este vacío ejerce una fuerza repelente en nuestro grupo local de galaxias.
"Al mapear en 3-d el flujo de las galaxias a través del espacio, encontramos que nuestra galaxia Vía Láctea se está alejando de una región grande, previamente no identificada de baja densidad. Como repele en lugar de atraer, llamamos a esta región 'reflector de dipolo' --dice el profesor Yehuda Hoffman--. Además de ser empujados hacia la conocida Concentración de Shapley, también estamos siendo alejados del recién descubierto 'reflector de dipolo'. Así, resulta evidente que el empuje y la tracción tienen una importancia similar en nuestra ubicación".
Se ha sugerido previamente la presencia de esta región de baja densidad, pero confirmar la ausencia de galaxias mediante la observación ha resultado un reto. Sin embargo, en este nuevo estudio, Hoffman, de los Institutos Racah de Física de la Universidad Hebrea, trabajando con colegas de Estados Unidos y Francia, intentaron un enfoque diferente.
Usando poderosos telescopios, entre ellos el Telescopio Espacial Hubble, construyeron un mapa tridimensional del campo de flujo de la galaxia. Los flujos son respuestas directas a la distribución de la materia, lejos de regiones relativamente vacías y hacia regiones de concentración masiva; la estructura a gran escala del universo está codificada en el campo de las galaxias.
Estos expertos estudiaron las velocidades peculiares --las que exceden la tasa de expansión del Universo-- de las galaxias alrededor de la Vía Láctea, combinando diferentes conjuntos de datos de velocidades peculiares con un riguroso análisis estadístico de sus propiedades.
De este modo, infirieron la distribución de la masa subyacente consistente en materia oscura y galaxias luminosas, regiones densas que atraen y sub-densas que repelen. Al identificar el 'reflector de dipolo', los investigadores pudieron conciliar tanto la dirección del movimiento de la Vía Láctea como su magnitud.