MADRID 14 Ago. (EUROPA PRESS) -
Las enanas rojas son el tipo más común de estrellas en el Universo, y casi cada una de estas estrellas pueden tener un planeta situado en su zona habitable, por ello, un estudio, publicado en 'International Journal of Astrobiología', ha determinado que deben ser los mejores lugares para buscar vida alienígena.
Las enanas rojas, también conocidas como estrellas enanas M, son hasta 50 veces más débiles que el Sol y entre 10 y 20 por ciento más masivas. Constituyen el 70 por ciento de las estrellas en el Universo y, en los últimos tiempos, los astrónomos están descubriendo más y más planetas alrededor de ellas. Concretamente, los hallazgos del observatorio espacial Kepler de la NASA revelan que, al menos, la mitad de estas estrellas albergan planetas rocosos que son de media cuatro veces la masa de la Tierra.
En este sentido, los expertos señalan que los planetas del tamaño de la Tierra parecen abundantes en el cosmos, al igual que los mundos que son más pequeños que la mayoría de los gigantes de gas, similares a Neptuno (que tiene 17 veces la masa de la Tierra).
Una teoría principal en la formación planetaria sugiere que a medida que los planetas embrionarios se desarrollan en los discos de gas y polvo que rodea a las estrellas recién nacidas, migran hacia el interior. Sin embargo, los modelos de migración sugieren que planetas del tamaño de Neptuno deberían ser más raros de lo que realmente son.
En lugar de ello, algunos investigadores han sugerido que estos planetas de masa relativamente baja pueden ensamblar 'in situ', es decir, que permanezcan en el mismo lugar en el que hayan nacido alrededor de sus estrellas, con poca o ninguna migración acercándose o alejándose de ella.
El autor del estudio, Brad Hansen, ha utilizado para esta investigación modelos de computadora de formación planetaria 'in situ' para ver con qué frecuencia las enanas rojas pueden desarrollar mundos del tamaño de la Tierra, y dónde orbitarían.
En sus simulaciones, Hansen modeló enanas rojas con la mitad de la masa del Sol, con los discos proto-planetarios que se extienden desde 0,05 UA a 1 UA (una unidad astronómica es la distancia media entre el Sol y la Tierra) de las estrellas. Los discos contenían una cantidad de gas y polvo equivalente a seis veces la masa de la Tierra.
De particular interés para Hansen eran las llamadas zonas habitables de estas estrellas, las áreas donde los planetas tienen la temperatura adecuada para sustentar agua líquida en sus superficies. Las enanas rojas son estrellas relativamente frías, lo que significa que sus zonas habitables están más cerca que Mercurio. En este sentido, Hansen encontró que la mayor parte de los sistemas planetarios tienen uno o dos planetas en sus zonas habitables.
"Una alta frecuencia de planetas potencialmente habitables hace que sea más probable uno que pueda sustentar vida", ha indicado el investigador.
Por otra parte, Hansen también encontró que los planetas en las zonas habitables de enanas rojas podrían acumular cantidades significativas de agua. De hecho, cada uno podría poseer aproximadamente 25 veces más agua de lo que la Tierra tiene en su conjunto. Con todo, ha destacado que los resultados "en general apoyan la idea de que los planetas habitables son abundantes alrededor de las enanas M en la vecindad solar".