MADRID, 29 Oct. (EUROPA PRESS) -
Observaciones lideradas por astrónomos de la Universidad de Leeds han demostrado que una estrella masiva, de 25 veces la masa del Sol, se está formando de una manera similar a las estrellas de baja masa.
El descubrimiento, hecho usando un telescopio de última generación llamada 'Atacama Large Millimeter/submillimeter Array' (ALMA), con sede en Chile, se detalla en la edición digital de 'Astrophysical Journal Letters'.
La autora principal, Katharine Johnston, de la Escuela de Física y Astronomía de la Universidad de Leeds, explica: "Nuestras pioneras observaciones muestran que esta estrella masiva en formación no sólo se alimenta de un disco de material que la rodea, como hacen las jóvenes estrellas como el Sol, sino que también reflejan la formación de estrellas de masa baja en la vía en la que el disco gira alrededor de la estrella".
"Sin la presencia un disco para canalizar material sobre la formación estelar en una capa fina y densa, procesos energéticos, como vientos estelares de estas estrellas calientes, detendrían el material antes de que pudiera llegar a la estrella. Es como cuando el viento le paraliza a uno en un día ventoso", pone como ejemplo.
La investigación es una de las últimas piezas del puzzle de la comprensión de los tiempos de vida de las estrellas más masivas y luminosas, llamadas estrellas de tipo O. Estas estrellas son los principales contribuyentes a la producción de elementos pesados en el Universo, como el hierro y el oro, que expulsan al espacio en dramáticas explosiones de supernovas al final de sus vidas.
Poco a poco, la evidencia de que las estrellas masivas se forman en una forma similar a estrellas de baja masa ha ido creciendo. Sin embargo, hasta ahora, discos rotatorios iguales que los que hay alrededor de estrellas de baja masa solamente se han observado alrededor de estrellas de tipo B, que son menos de 18 veces la masa del Sol .
Por encima de una masa estelar de 18 masas solares, han sido díficiles de alcanzar discos parecidos a los que hay alrededor de estrellas de baja masa. Para esas estrellas, los astrónomos a menudo observaron estructuras giratorias suaves que eran cientos de veces más grandes que los discos de baja masa y parecían rosquillas gigantescas rotativas en lugar de discos.
"Empezábamos a pensar que no pueden existir en realidad discos reales alrededor de las estrellas más masivas en formación y que esas estrellas podrían tener que formarse de una manera diferente", apunta Johnston. "Tal vez la acumulación en una estrella de tipo O es mucho más caótica y dinámica que el nacimiento de nuestro Sol", añade.
"Pero nuestro equipo realizó observaciones con ALMA que muestran exactamente lo que estábamos buscando todo este tiempo. Encontramos un disco alrededor de una estrella de tipo O, que es muy similar al disco que pensamos que formó nuestro Sol y el resto del sistema solar, excepto una gigantesca versión aumentada de la misma. El disco que hemos encontrado es al menos diez veces más grande y cien veces más masivo que los discos que solemos ver alrededor de estrellas jóvenes", explica.
El descubrimiento tardó mucho tiempo en llegar debido a que las estrellas masivas se forman mucho más rápidamente que las estrellas de baja masa, haciendo más difícil capturar una en sus años iniciales. Las estrellas masivas también son menos abundantes que las de baja masa, por lo que hay que mirar mucho más lejos en el espacio. Por ejemplo Orion, la región de formación de estrellas masivas más cercana a nosotros, está casi diez veces más lejos que la observación más cercana de una joven estrella de baja masa con un disco todavía alrededor.
El profesor Melvin Hoare, también de la Escuela de Física y Astronomía y co-autor del estudio, subraya: "Necesitábamos mejores telescopios para resolver y mirar más lejos en los envoltorios de gas que rodean las estrellas masivas, mientras que se están formando. Necesitábamos un telescopio revolucionario como ALMA".