MADRID, 11 Sep. (EUROPA PRESS) -
Astrónomos han descubierto, combinando el poder de los telescopios Hubble y Spitzer, un raro cúmulo de galaxias cuyo corazón está lleno de nuevas estrellas.
El hallazgo inesperado sugiere que estas galaxias en los núcleos de cúmulos masivos pueden crecer significativamente alimentándose del gas robado a otras galaxias.
"Por lo general, las estrellas en los centros de los cúmulos de galaxias son viejas o están muertas, esencialmente como fósiles", dijo Tracy Webb, de la Universidad McGill, Montreal, autora principal de un nuevo estudio aceptado para su publicación en la revista Astrophysical Journal. "Pero pensamos que la galaxia gigante en el centro de este grupo está produciendo furiosamente nuevas estrellas después de fusionarse con una galaxia más pequeña."
Los cúmulos de galaxias son grandes familias de galaxias agrupadas y unidas por los lazos de la gravedad. Nuestra propia Vía Láctea reside en un grupo pequeño, llamado el Grupo Local, en la periferia de la gran supercúmulo de galaxias de Laniakea, que tiene 100.000 galaxias.
El grupo del nuevo estudio, denominado por los astrónomos como SpARCS1049 + 56, tiene al menos 27 galaxias, y ha combinado una masa igual a casi 400 billones de soles, informa la NASA. Se encuentra a 9.800 millones de años luz de distancia en la constelación de la Osa Mayor. El objeto fue descubierto inicialmente utilizando el Spitzer y el telescopio Canadá-Francia-Hawaii, y se confirmó mediante el Observatorio WM Keck.
Lo que hace a este grupo único es su luminoso corazón formado por nuevas estrellas. En el núcleo de la mayoría de cúmulos de galaxias se encuentra una galaxia descomunal que no produce normalmente nuevas estrellas. Pero el núcleo del cúmulo de galaxias SpARCS1049 + 56 está escupiendo un número enorme de estrellas, cerca de 860 nuevas al año. Como referencia, la Vía Láctea produce sólo alrededor de una a dos estrellas por año.
"Con la cámara de infrarrojos de Spitzer, podemos ver la feroz realidad de las jóvenes estrellas calientes", dijo el coautor Jason Surace, del Centro de Ciencia Spitzer de la NASA en el Instituto de Tecnología de California en Pasadena. Spitzer detecta la luz infrarroja, por lo que puede ver el calor oculto en las regiones polvorientas donde se forman las estrellas.
Los estudios de seguimiento en luz visible con el Hubble ayudaron a confirmar el origen del gas para la formación de las nuevas estrellas. Una galaxia más pequeña parece que se ha fusionado con la galaxia monstruo en el centro del cúmulo, prestando su gas a la galaxia más grande y creando con furia nuevas estrellas. "El Hubble ha encontrado restos de una fusión en el centro de esta galaxia", dijo Webb.
El nuevo descubrimiento es uno de los primeros casos de una fusión con presencia de gas en el centro de un cúmulo de galaxias distantes.