MADRID, 2 Abr. (EUROPA PRESS) -
Científicos, incluidos investigadores del CSIC, han descubierto con el telescopio Hubble la estrella más distante observada hasta la fecha, a 9.000 millones de años luz de la Tierra.
Esta distancia significa que la estrella existió unos 4.800 millones de años luz después del Big Bang, cuando el universo tenía solo una tercera parte de su edad actual.
'Icarus', que es como se ha denominado a esta estrella, se encuentra en una galaxia muy alejada, detrás del cúmulo de galaxias 'MACS J1149-2223'. Las conclusiones de este hallazgo, que se ha realizado con el telescopio espacial Hubble de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la NASA, se publican en varios artículos de la revista 'Nature Astronomy' y 'The Astrophysical Journal'.
El descubrimiento de esta estrella, llamada formalmente 'MACS J1149 Lensed Star 1 (LS1)', inicia una nueva técnica para que los astrónomos estudien estrellas individuales en galaxias formadas durante la primera etapa del universo. Estas observaciones pueden proporcionar una mirada excepcional sobre cómo evolucionan las estrellas, especialmente las más luminosas.
En abril de 2016, los científicos realizaban observaciones con el Hubble para detectar la aparición de la explosión de la supernova 'SN Refsdal', denominada así en honor del difunto astrofísico noruego Sjur Refsdal. Esta supernova había sido descubierta en 2014 con el Hubble. Pero una inesperada fuente de luz se iluminó en la misma galaxia.
"A través del análisis y de la comparación de los datos captados previamente por Hubble, hemos determinado que esta nueva fuente de luz es una estrella que está situada en la misma galaxia que la supernova Refsdal", explica el investigador del CSIC José Diego, que trabaja en el Instituto de Física de Cantabria (centro mixto del CSIC y la Universidad de Cantabria).
Sospechando que 'Icarus' podría estar más magnificada que 'SN Refsdal', los científicos analizaron los colores de la luz que provenía de él y descubrieron que era una estrella única, una supergigante azul. Esta estrella de tipo B es mucho más grande, más masiva, más caliente y posiblemente cientos de miles de veces intrínsecamente más brillante que el Sol.
EFECTO LENTE GRAVITACIONAL
Esta estrella se ha detectado gracias al denominado efecto lente gravitacional, un fenómeno que se produce por un cúmulo de galaxias, con una masa 1.000 veces la masa del Sol, que amplifica la luz que se produce en objetos que están muy alejados y alineados justo detrás del cúmulo, generando un efecto parecido al que haría una lente. Esto permite hacer visibles objetos oscuros y lejanos. Por lo general, este fenómeno amplía las galaxias hasta 50 veces, pero en este caso, la estrella se amplió más de 2.000 veces.
"El descubrimiento de esta estrella nos permite reunir nuevos conocimientos sobre los cúmulos de galaxias. Pensamos que otras estrellas o cuerpos compactos dentro del cúmulo de galaxias, como agujeros negros o estrellas de neutrones, están contribuyendo al efecto lente gravitatoria", señala Steven Rodney, de la Universidad de Carolina del Sur (Estados Unidos). En este sentido, 'Icarus' también permite a los investigadores estudiar las estrellas de neutrones y los agujeros negros, que de otro modo son prácticamente invisibles, y estimar cuántos de estos objetos existen dentro de los cúmulos de galaxias, algo que hasta la fecha es una incógnita.
"Si la materia oscura está formada, al menos parcialmente, por agujeros negros con masas en torno a 30 veces la masa del Sol, que explicaría el elevado número de dichos agujeros encontrados por el experimento LIGO, deberíamos ser capaces de percibirlos en la curva de luz de esta estrella. Sin embargo, podemos descartar que buena parte de la materia oscura esté formada por agujeros negros primordiales, con alrededor de 30 veces la masa del Sol", destaca el investigador Patrick Kelly, que en el momento del trabajo desarrollaba su labor científica en la Universidad de Berkeley, en California, y actualmente está en la Universidad de Minnesota, ambas en Estados Unidos.