MADRID, 27 May. (EUROPA PRESS) -
Un lejano planeta a 1.200 años luz conocido como Kepler-62 podría ser habitable, según la combinación de modelos de clima y órbita realizada por astrónomos de las universidades de Washington y UCLA.
El planeta, situado en la dirección de la constelación de Lyra, es aproximadamente 40 por ciento más grande que la Tierra. Con ese tamaño, Kepler-62f puede incluirse en la lista de mundos rocosos y, posiblemente, podría contener océanos, declaró Said Aomawa Shields, autor principal del estudio y estudiante postdoctoral en el departamento de física y astronomía de la UCLA .
La misión Kepler de la NASA descubrió el sistema planetario quer incluye a Kepler-62f en 2013. Se trata del más exterior de los cinco planetas que orbitan una estrella más pequeña y fría que el sol. pero la misión no aportó información sobre la composición de la atmósfera de Kepler-62f o la forma de su órbita.
Para determinar si el planeta podría sostener la vida, el equipo determinó escenarios sobre cómo puede ser la atmósfera del planeta y su órbita.
"Hemos encontrado que hay múltiples composiciones atmosféricas que le permiten ser lo suficientemente caliente para tener agua líquida", dijo Shields. "Esto hace que sea un fuerte candidato para un planeta habitable."
En la Tierra, el dióxido de carbono representa un 0.04 por ciento de la atmósfera. Debido a que Kepler-62f está mucho más lejos de la estrella que la Tierra del sol, se necesitaría que tuviera mucho más dióxido de carbono para ser lo suficientemente cálido como para mantener el agua líquida y evitar que se congele.
El equipo realizó simulaciones por ordenador basadas en Kepler-62f con los siguientes parámetros:
-- Una atmósfera que oscila entre el mismo espesor y doce veces más que el de nuestro planeta.
-- Concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera que van de igual proporción que en la atmósfera de la Tierra hasta 2.500 veces ese nivel.
-- Varias configuraciones diferentes posibles para la trayectoria orbital
Encontraron que muchos escenarios permiten que sea habitable, asumiendo diferentes cantidades de dióxido de carbono en la atmósfera.
Shields dijo que para que el planeta sea habitable consistentemente a lo largo de su año entero, se requeriría una atmósfera de tres a cinco veces más gruesa que la de la Tierra y compuesta en su totalidad de dióxido de carbono. Esto sería análogo a la sustitución de todas las moléculas en la atmósfera de la Tierra con el dióxido de carbono, lo que significa que la planeta tendría 2.500 veces más dióxido de carbono que la atmósfera de la Tierra.
Esta alta concentración de dióxido de carbono sería posible para el planeta porque, dada la distancia a su estrella, el gas podría acumularse en la atmósfera del planeta mientras las temperaturas se enfrían para mantener el planeta caliente.
"Pero si no hay un mecanismo para generar gran cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera para mantener la temperatura cálida, y sólo hay una cantidad similar de dióxido de carbono similar a la de la Tierra, algunas configuraciones orbitales podrían permitir que la temperatura de Kepler-62f subiera por encima de la congelación durante una parte del año", dijo. "Y esto podría ayudar a fundir capas de hielo formadas en el planeta durante otras fases de la órbita".
La investigación se publica en línea en la revista Astrobiology.
Los científicos hicieron sus cálculos de la forma de la trayectoria orbital del planeta utilizando un modelo informático existente llamado HNBody y modelos climáticos globales existentes, (Community Climate System Model y Laboratoire de Meteorologie Dynamique Generic) para determinar hipótesis climáticas para el año completo de un exoplaneta.