Las lunas más grandes de Júpiter no dejan de brillar en los eclipses

Lunas de Júpiter eclipsadas
NAOJ/JAXA/TOHOKU UNIVERSITY
Actualizado: miércoles, 25 junio 2014 14:08

MADRID 25 Jun. (EUROPA PRESS) -

Las lunas más grandes de Júpiter no dejan de brillar cuando son eclipsadas por el planeta y éste bloquea su luz. Este descubrimiento podría revelar más sobre la misteriosa atmósfera superior de Júpiter, que, según los investigadores, es la que mantiene los satélites 'encendidos' aún cuando no están directamente iluminadas por el Sol.

Además, los expertos han indicado que esta investigación, que ha sido publicada en 'The Astrophysical Journal', también podría ayudar a los científicos a comprender mejor las atmósferas de planetas alienígenas.

Júpiter, el planeta más grande del sistema solar, tiene 67 lunas conocidas, más que cualquier otro planeta conocido. Sus cuatro satélites más grandes --Io, Europa, Ganímedes y Calisto-- son conocidos como los satélites galileanos en honor a su descubridor, el astrónomo Galileo Galilei. Ahora, estos objetos son los protagonistas de este nuevo hallazgo.

El equipo ha reconocido que se trata de un descubrimiento "accidental". Su plan original era detectar la luz difusa de las partes más distantes del Universo. Concretamente, querían encontrar objetos oscuros en el espacio que pudieran bloquear la luz lejana. La diferencia en el brillo entre los objetos oscuros y el cielo que le rodea podría ayudar a determinar cuán brillante es la luz difusa distante.

En este estudio, los investigadores asumieron que los satélites galileanos serían oscuros mientras están inmersos en la sombra de Júpiter y quisieron usarlos como modelos. Para ello, los observaron con el telescopio Subaru y el telescopio espacial Hubble, hallando una "sorpresa inesperada": Los satélites galileanos eran todavía un poco brillantes aún cuando estaban eclipsados. Este efecto es especialmente pronunciado en Ganímedes y Calisto.

Los investigadores han señalado que este logro fue muy difícil debido a que estos satélites son extremadamente débiles --aunque no lo suficiente como para no ser vistas-- mientras sufren el eclipse, mientras que la cara increíblemente brillante de Júpiter cerca de ellos puede cegar a los observadores. Por otra parte, los eclipses sólo tienen lugar en momentos concretos, y Júpiter y sus lunas están continuamente en movimiento, lo que hace las observaciones muy complejas.

POSIBLES CAUSAS: LA ATMÓSFERA DE JÚPITER

Para los expertos, las causas de este brillo sigue siendo incierto. Sin embargo, el equipo de este trabajo cree que la parte superior de la atmósfera de Júpiter puede ser la responsable.

Las nubes de Júpiter, que dan al planeta gigante su aspecto rayado, crecen gracias a pequeñas partículas llamadas aerosoles o neblinas. Estudios anteriores han sugerido que estas nieblas se forman en la parte superior de la atmósfera de Júpiter. Los investigadores sugieren que las brumas en la atmósfera superior pueden dispersar la luz solar en los satélites galileanos, iluminándolos. Este efecto es similar a la que provoca que la Luna se vea roja durante un eclipse total de Luna.

El nuevo hallazgo podría ayudar a los científicos analizan las brumas en la atmósfera de Júpiter, que de otro modo son difíciles de estudiar. Al estudiar el espectro de la luz del eclipse de las lunas de Júpiter, los investigadores pueden aprender sobre las composiciones de las brumas.

Además, este nuevo método de estudio de la atmósfera superior de Júpiter podría ayudar a los investigadores investigar sobre las atmósferas de exoplanetas alrededor de estrellas distantes. A menudo, se ven exoplanetas cuando pasan frente a sus estrellas, y los científicos pueden deducir detalles sobre sus atmósferas cuando la luz estelar pasa a través de ellos.