MADRID, 24 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto la explosión de una estrella en la fase más temprana de su desarrollo, gracias al telescopio espacial Spitzer y otros en tierra.
La erupción, dicen los científicos, revela una acumulación repentina de gas y polvo de una estrella excepcionalmente joven, o protoestrella, conocida como HOPS 383.
Las estrellas se forman dentro de fragmentos colapsados de nubes de gas frío. A medida que las nubes se contraen bajo su propia gravedad, su región central se vuelve más densa y más caliente. Al final de este proceso, el fragmento colapsado se ha transformado en una protoestrella caliente central rodeada por un disco de polvo más o menos igual en masa, incrustado en un denso envoltorio de gas y polvo. Los astrónomos llaman a esto una protoestrella 'Clase 0'.
"HOPS 383 es el primer arrebato que hemos visto de un objeto de la clase 0, y parece ser la más joven erupción protoestelar jamás registrada", dijo William Fischer, becario postdoctoral en el Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA.
La fase Clase 0 es de corta duración, de aproximadamente 150.000 años, y se considera la etapa más temprana del desarrollo de las estrellas como el sol.
Una protoestrella aún no ha desarrollado la capacidad de generación de energía de una estrella similar al Sol, que fusiona el hidrógeno en helio en su núcleo. En lugar de ello, una protoestrella brilla desde la energía calorífica liberada por su contracción y por la acumulación de material desde el disco de gas y polvo que lo rodea. El disco puede que algún día desarrolle asteroides, cometas y planetas.
Debido a que estos soles infantiles están densamente envueltos en gas y polvo, su luz visible no puede escapar. Pero la luz calienta el polvo alrededor de la protoestrella, que vuelve a radiar la energía en forma de calor detectable por instrumentos sensibles al infrarrojo en telescopios terrestres y satélites en órbita.
"HOPS 383 se encuentra cerca de NGC 1977, una nebulosa en la constelación de Orión, y es una parte de UN extenso complejo de formación estelar. Situado a unos 1.400 años luz de la Tierra, la región constituye la fábrica de estrellas cercana más activa y alberga un tesoro de objetos estelares jóvenes todavía incrustados en sus nubes natales.