MADRID, 22 Ene. (EUROPA PRESS) -
Estructuras invisibles en forma de fideos, láminas de lasaña o avellanas podrían flotar por nuestra galaxia, desafiando radicalmente nuestra comprensión de las condiciones de gas en la Vía Láctea.
Estas estructuras parecen ser 'bultos' en el delgado gas presente entre las estrellas de la galaxia, según el autor principal de un estudio publicado en 'Science', el astrónomo Keith, Bannister, del 'Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation (CSIRO), en Australia.
"Podrían cambiar radicalmente las ideas sobre este gas interestelar, que es el depósito de reciclaje estelar de la Galaxia, alojando material de viejas estrellas que será reformado y transformado en nuevas", explica Bannister, quien describe junto a sus colegas observaciones vanguardistas de uno de estos 'bultos' que les han permitido hacer la primera estimación de su forma. Estas observaciones fueron posibles gracias a una nueva técnica innovadora que usaron los científicos con el telescopio 'Compact Array' de CSIRO en el este de Australia.
Los astrónomos llegaron a los primeros indicios de los misteriosos objetos hace 30 años cuando vieron las ondas de radio desde una lejana galaxia brillante llamada quásar que varía enormemente en fuerza. Ellos se dieron cuenta de que este comportamiento fue el trabajo de la "atmósfera" invisible de nuestra galaxia, un gas fino de partículas cargadas eléctricamente que llena el espacio entre las estrellas.
"Estos bultos en este gas funcionan como lentes, enfocando y desenfocando las ondas de radio, por lo que parecen fortalecerse y debilitarse a lo largo de un periodo de días, semanas o meses", detalla Bannister. Estos episodios fueron tan difíciles de encontrar que los investigadores habían dejado de buscarlo, pero el doctor Bannister y sus colegas se dieron cuenta de que podían hacerlo con el 'Compact Array' de CSIRO.
Apuntando el telescopio a un quasar llamado PKS 1939-315, en la constelación de Sagitario, vieron un evento de lente que se prolongó durante un año. Los astrónomos piensan que los lentes son aproximadamente del tamaño de la órbita de la Tierra alrededor del Sol y se encuentran a unos 3.000 años luz de distancia, mil veces más lejos que la estrella más cercana, Proxima Centauri.
Hasta ahora, no se sabía nada de su forma, sin embargo, el equipo ha demostrado que estas lentes no puede ser un bulto sólido o tener forma de una hoja doblada. "Podríamos estar viendo una lámina plana, el borde --dice el miembro del equipo de CSIRO Cormac Reynolds--. O podríamos estar mirando por el cañón de un cilindro hueco como un fideo o una capa esférica como una avellana".
Como el evento de lente continuó, el equipo lo observó con otros telescopios de radio y ópticos. La luz óptica del quasar no varió, mientras que se producía el efecto de lente de radio, lo cual es importante, según Bannister, porque significa que estudios ópticos anteriores que buscaban bultos oscuros en el espacio no podrían haber encontrado el que detectó su equipo.
Estos expertos sugieren que puede tratarse de nubes frías de gas que permanecen juntas por la fuerza de su propia gravedad, lo que en detalle implica que las nubes deben compensar una fracción sustancial de la masa de nuestra galaxia. Nadie sabe cómo se pueden formar las lentes invisibles. "Sin embargo, estas estructuras son reales y nuestras observaciones son un gran paso adelante en la determinación de su tamaño y forma", concluye Bannister.