MADRID, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -
En el centro de un cúmulo de galaxias, a mil millones de años luz de la Tierra, un voraz agujero negro supermasivo se está preparando para un banquete frío.
Por primera vez, astrónomos han detectado nubes ondulantes de frío gas grumoso hacia un agujero negro, en el centro de un cúmulo masivo de galaxias. Las nubes están viajando a velocidades de hasta 355 kilómetros por segundo y pueden estar a tan sólo 150 años luz de distancia, con una certeza casi total de caer en el agujero negro, alimentando su pozo sin fondo. Las observaciones, que serán publicadas en la revista Nature, representan la primera evidencia de apoyo directo a la hipótesis de que los agujeros negros se alimentan de nubes de gas frío.
El resultado también sugiere que la alimentación de un agujero negro --un proceso conocido como acreción-- es mucho más desordenada de lo que los científicos pensaban.
"El modelo más simple de acreción del agujero negro se compone de un agujero negro rodeado por una esfera de gas caliente. Ese gas es acretado suavemente sobre el agujero negro, y todo es simple, matemáticamente," dice Michael McDonald, profesor asistente de física en el Instituto Kavli de Astrofísica e Investigación Espacial (Massachusetts Institute of Technology). "Pero esta es ahora la evidencia más convincente de que este proceso no es fácil, sencillo y limpio, sino bastante caótico y grumoso", añadió.
Teniendo en cuenta las nuevas observaciones, McDonald dice que los agujeros negros, probablemente, tienen dos modos de alimentación: En la mayoría de las veces, es posible que ingieran lentamente una dieta constante de gas caliente difuso. De vez en cuando, pueden engullir rápidamente grumos de gas frío, una vez que están cerca.
"Este gas caliente difuso está disponible para el agujero negro en un nivel bajo todo el tiempo, y puede haber un goteo constante en movimiento", dice McDonald. "De vez en cuando, puiede haber una tormenta de gas frío, y por un corto período de tiempo, el agujero negro come muy rápidamente. Así que la idea de que existen estos dos patrones de dieta para los agujeros negros es una bonito buen resultado".
McDonald es un co-autor del artículo, dirigido por Grant Tremblay, astrónomo de la Universidad de Yale.
Su detección se realizó mediante el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), uno de los telescopios más potentes del mundo, diseñado para ver las galaxias más remotas del universo. El telescopio se enfocó a mil millones de años luz, en la galaxia central del cúmulo Abell 2597, una galaxia con unas decenas de miles de años luz de diámetro. Esta galaxia en particular está entre las más brillante en el universo, y es probable que produzca muchas nuevas estrellas.