MADRID, 24 Oct. (EUROPA PRESS) -
Dimitar Sasselov, líder de los descubrimientos de la misión Kepler de la NASA, asegura que "pronto" se podrán estudiar las atmósferas de planetas similares a la Tierra en Próxima Centauri o Trappist-1.
Este científico, catedrático de Astronomía en Harvard, está en Madrid para hablar de la trascendencia de los hallazgos de la misión Kepler en la conferencia 'Otras tierras y el origen de la vida', en la sede de Fundación BBVA, dentro de la VI edición del ciclo de conferencias sobre astrofísica y cosmología 'La ciencia del cosmos, la ciencia en el cosmos'.
Desde su lanzamiento en 2009, la misión Kepler ha logrado detectar 2.470 exoplanetas mediante la observación de su tránsito, es decir, la reducción de luz o 'mini-eclipse' que se produce cuando uno de estos mundos pasa por delante de su estrella. Según Sasselov, el planeta más similar a la Tierra descubierto hasta ahora es 'Kepler-452-b', que orbita una estrella similar al Sol y se encuentra en su zona habitable. Sin embargo, este mundo se encuentra a 1.400 años luz, demasiado lejos como para poder estudiarlo en detalle, y en estos momentos, Sasselov admite que se sabe "muy poco sobre sus características y su entorno".
Para determinar si un planeta realmente reúne las condiciones para albergar vida, Sasselov explica que "será necesario estudiar la composición de su atmósfera para detectar gases que indiquen la presencia de organismos". Pero el astrónomo está convencido de que en un futuro próximo este objetivo estará al alcance, ya que existirá la tecnología necesaria para verificar si un mundo potencialmente 'habitable' está realmente habitado.
Algunas de estas tecnologías serán la siguiente generación de telescopios espaciales (el James Webb de la NASA, que se lanzará en 2018) y los nuevos telescopios terrestres (el Extremadamente Grande y el Gigante de Magallanes, que se están construyendo en Chile), que permitirán en las próximas décadas a los astrónomos explorar las atmósferas de muchas 'otras tierras' que orbitan estrellas vecinas.
"Si la vida es algo común, detectaremos gases (o combinaciones de gases) en sus atmósferas que se deben a la presencia de organismos", afirma Sasselov. De hecho, en los últimos años, se han encontrado planetas de tamaño similar a la Tierra en la zona habitable de estrellas relativamente cercanas, como Próxima Centauri o Trappist-1, a tan sólo 4,2 y 39 años luz, respectivamente. "Sabemos que estos mundos son rocosos y podrían tener océanos de agua", recuerda el científico.
No obstante, Sasselov reconoce que incluso con los nuevos telescopios seguirá siendo muy complicado obtener una prueba irrefutable que demuestre la existencia de vida en 'otras tierras', ya que los datos recogidos por estos observatorios no serán fáciles de interpretar. "El obstáculo principal es la posibilidad de que la vida en otros planetas sea muy diferente y que por ello interactúe con su entorno de formas inesperadas", admite Sasselov, lo que dificultaría, a su juicio, la capacidad de comprensión de los datos.
Precisamente por este motivo, Sasselov también es un ferviente defensor de futuras misiones con naves y robots que busquen vida en los mundos vecinos del Sistema Solar donde se han hallado indicios de agua, como Marte y las lunas Europa (de Júpiter) y Encélado (de Saturno). "Creo que la probabilidad de que haya vida en estos lugares es baja, pero merece la pena que intentemos buscarla porque podremos examinar muestras de manera directa", cree el científico, ya que explica que, en el caso de los exoplanetas, se necesita la detección remota de gases con telescopios, mientras que a Marte, Europa y Encélado se puede enviar sondas capaces de examinar la superficie y recoger muestras del subsuelo.
CREACIÓN DE ORGANISMOS EN LABORATORIOS
Por otro lado, para afinar el análisis de los datos obtenidos en la exploración de 'otras tierras', Sasselov ha fundado en Harvard la Iniciativa Orígenes de la Vida, un instituto interdisciplinar en el que colaboran biólogos, químicos y astrónomos. Uno de sus objetivos principales es simular artificialmente la creación de microorganismos para comprender mejor los procesos bioquímicos en los que emerge la vida, y mejorar así la capacidad para detectarla en otros mundos.
"Nuestro equipo está intentando sintetizar un organismo vivo, simulando condiciones planetarias en un laboratorio --describe--. Nuestro objetivo es utilizar los conocimientos resultantes de este experimento para interpretar mejor los datos que obtengamos al intentar detectar vida en la atmósfera de otros planetas".
Para Sasselov, "la mejor manera" de comprender el origen de la vida y su posible surgimiento en otros lugares del Universo es "construyendo modelos artificiales de organismos vivos" mediante las nuevas técnicas de la biología sintética. En opinión de este astrónomo búlgaro, la confirmación de la existencia de vida más allá de la Tierra constituiría "una nueva revolución copernicana".