MADRID, 27 Mar. (EUROPA PRESS) -
Las sondas Van Allen de la NASA han descubierto un nuevo fenómeno en nuestro entorno cercan a la Tierra, gracias a su única doble órbita.
Recientemente, estas naves estuvieron en el lugar y el momento idóneo para detectar un evento casuado por la precipitación de una tormenta geomagnética justo mientras se producía.
Los cinturones de Van Allen, dos anillos gigantes de partículas energéticas atrapadas por el campo magnético del planeta, crean un ambiente dinámico y áspero que contiene muchos misterios y puede afectar a las naves espaciales que viajan alrededor de la Tierra.
Las sondas Van Allen de la NASA actúan como detectives espaciales, para ayudar a estudiar las complejas interacciones de partículas que se producen en estos anillos. Recientemente, la nave espacial estaba en el lugar correcto, en el momento justo, para atrapar un evento causado por la precipitación de una tormenta geomagnética mientras ocurrió.
Según un comunicado, detectaron un repentino aumento de las partículas que se acercaban desde el otro lado del planeta, mejorando nuestra comprensión de cómo las partículas viajan en el espacio cercano a la Tierra.
Las sondas gemelas Van Allen orbitan una detrás de la otra, investigando pistas de una manera que una única nave espacial nunca podría. En un día típico, cuando el primer instrumento viajó alrededor de la Tierra, no vio nada inusual, pero el segundo, una hora después, observó un aumento en las partículas de oxígeno que se aceleran alrededor de la Tierra - el lado más cercano al sol. ¿De dónde provienen estas partículas? ¿Cómo se habían vuelto tan energizadas?
Los científicos recorrieron las pistas para averiguar qué estaba pasando. Con la ayuda de modelos informáticos, dedujeron que las partículas se habían originado en el lado nocturno de la Tierra antes de ser energizadas y aceleradas a través de interacciones con el campo magnético de la Tierra.
A medida que las partículas viajaban alrededor de la Tierra, las partículas más ligeras de hidrógeno se perdieron en colisiones con la atmósfera, dejando un plasma rico en oxígeno. Los hallazgos fueron presentados en un artículo reciente en Geophysical Review Letters.
Las observaciones dobles únicas de las sondas Van Allen ayudan a desentrañar el funcionamiento complejo del entorno magnético de la Tierra. Esta información ha proporcionado la primera vista de estos cinturones desde el interior, y ayuda a proteger mejor a los satélites y los astronautas que viajan por la región.