MADRID, 17 Oct. (EUROPA PRESS) -
El 29 de mayo de 2006, el fango comenzó a salir en erupción en la isla indonesia de Java. Lodo hirviendo, agua, rocas y gas emergieron enterrando ciudades enteras y obligando a la población a huir.
En septiembre de 2006, el sitio más grande de la erupción alcanzó su apogeo, y el barro se derramó en la superficie para llenar 72 piscinas de tamaño olímpico diariamente.
La erupción, conocida como Lusi, todavía está en curso y se ha convertido en la erupción de fango más destructiva de la historia.
Ahora, más de 11 años después de que estalló por primera vez, los investigadores pueden haber descubierto por qué los flujos de lodo no se han detenido: en el subsuelo profundo, Lusi está conectado a un sistema volcánico cercano.
En un nuevo estudio en el Journal of Geophysical Research: Solid Earth, revista de la Unión Geofísica Americana, los investigadores aplicaron una técnica que usan los geofísicos para mapear el interior de la Tierra para mostrar el área debajo de Lusi.
Las imágenes muestran que el conducto que suministra lodo a Lusi está conectado a las cámaras de magma del cercano complejo volcánico Arjuno-Welirang a través de un sistema de fallas a 6 kilómetros debajo de la superficie.
Estudiar la conexión de estos dos sistemas podría ayudar a los científicos a comprender mejor cómo evolucionan los sistemas volcánicos, ya sea que expulsen magma, lodo o fluidos hidrotermales, según los autores.