MADRID, 29 Nov. (EUROPA PRESS) -
Tras analizar 100.000 años de registros geológicos de 100.000, se ha calculado que el tiempo entre erupciones volcánicas capaces de alterar el mundo es menor de lo pensado, un máximo de 17.000 años.
Los volcanes, como los asteroides, pueden ser lo suficientemente poderosos como para ser destructivos a escala global. De hecho, una evaluación reciente los describió como capaces de devolver a la humanidad a un estado anterior a la civilización.
Las erupciones explosivas más grandes se denominan 'súper erupciones' y producen más de 1.000 gigatoneladas de masa expulsada, lo suficiente para cubrir todo un continente con ceniza volcánica y cambiar los patrones climáticos globales durante décadas.
El equipo de las Facultades de Ciencias de la Tierra y Matemáticas de la Universidad de Bristol estimó con qué frecuencia ocurren las erupciones explosivas más grandes. Su análisis indica que el tiempo promedio entre súper erupciones es solo un poco más largo que la edad de la civilización, que data de la Revolución Agrícola hace 12.000 años.
Uno de los autores del trabajo, Jonathan Rougier, profesor de Ciencias Estadísticas en Bristol, apunta que la estimación anterior, hecha en 2004, fue que las súper erupciones ocurrieron en promedio cada 45.000 a 714.000 años, más largas que la civilización. "Pero en nuestro documento recién publicado, volvemos a estimar este rango entre 5.200 y 48.000 años, con el mejor valor estimado de 17.000 años".
Según los registros geológicos, las dos súper erupciones más recientes se produjeron hace entre 20.000 y 30.000 años. El profesor Rougier agrega que en general, el ser humano ha sido "ligeramente afortunado" de no haber experimentado ninguna súper erupción desde entonces. "Pero es importante apreciar que la ausencia de súper erupciones en los últimos 20.000 años no implica que haya una fecha de vencimiento. La naturaleza no es tan regular", advierte.
LOS VOLCANES, UNA AMENAZA PARA LA CIVILIZACIÓN
"Lo que podemos decir es que los volcanes son más amenazantes para nuestra civilización de lo que se pensaba anteriormente", señala. La civilización cambiará en maneras inimaginables en los próximos 1.000 años, y hay muchas otras formas en las que podría sufrir un golpe catastrófico antes de la próxima súper erupción.
Sobre esa base, el profesor Rougier dice que hay poca necesidad de planificar ahora una súper erupción, especialmente con muchos otros problemas urgentes que abordar, lo que afectará a la actual y la próxima generación de humanos. Pero las erupciones grandes, que son mucho más frecuentes, aún pueden ser devastadoras para las comunidades e incluso para los países. A su juicio, una planificación cuidadosa es una parte crucial de la reducción del riesgo de desastres.
Con respecto al documento, el profesor Rougier explica que, además de mejorar la comprensión del vulcanismo global, el documento desarrolla técnicas relativamente simples para analizar registros geológicos e históricos incompletos y propensos a errores de eventos raros. "Estas dificultades están omnipresentes en los riesgos geológicos, y esperamos que nuestro enfoque se utilice para volver a evaluar otros tipos de peligros, como los terremotos", concluye.