MADRID, 23 Oct. (EUROPA PRESS) -
Grandes lagos salinos en todo el mundo como el Mar de Aral, el Mar Muerto, el enorme Lop Nur de China y el Lago Poopó de Bolivia, están deteriorándose a un ritmo alarmante.
Los lagos salinos son críticamente importantes para la vida silvestre, la industria y la salud humana. Proporcionan hábitat para aves migratorias, minerales para industrias extractivas y oportunidades recreativas, con lo que son económicamente importantes. Por ejemplo, el Gran Lago Salado, al oeste de Estados Unidos, tiene un valor económico de 1.320 millones de dólares por año.
Cuando están llenos, los lagos salinos protegen a los residentes cercanos de las tormentas de polvo creadas por los lechos secos del lago. Este polvo causa asma y otras enfermedades respiratorias como se demostró después de la desecación del mar de Aral y el lago Owens de California. Aunque estos lagos crecen y se contraen con los ciclos climáticos naturales, las extracciones de agua humanas crean una demanda persistente que reduce los niveles del lago, a veces de manera drástica.
En el reciente artículo 'Declive de los lagos salinos del mundo', publicado en 'Nature Geoscience', los autores Wayne Wurtsbaugh, Sarah Null, Peter Wilcock y Frank Howe, de la Universidad Estatal de Utah (USU, por sus siglas en inglés); Craig Miller, de la División de Recursos Hídricos de Utah; Justin de Rose, del Servicio Forestal de Estados Unidos; Maura Hahnenberger, de 'Salt Lake Community College', y Johnnie Moore, de la Universidad de Montana, describen los efectos dramáticos del uso del agua y el cambio climático en los lagos salinos del mundo, hace más de 1.300 años, cuando los enormes lagos de la cuenca Tarim de China se secaron debido al desarrollo hídrico de los ríos del Himalaya.
Centrándose en el Gran Lago Salado, los autores crearon un balance hídrico que demuestra cómo el desarrollo del agua para la agricultura y otros usos durante los últimos 160 años ha causado que el lago disminuya en aproximadamente 11 pies (3,35 metros) y pierda casi el 50 por ciento de su área. Esto ha degradado el hábitat de las grandes aves migratorias que usan el lago para anidar y alimentarse; causó problemas para la extracción de minerales y el uso recreativo, y expuso a Salt Lake City cercana a crecientes tormentas de polvo del lecho del lago.
"El Gran Lago Salado definitivamente se está reduciendo --sentencia el autor principal Wurtsbaugh, profesor en el Departamento de Recursos de Cuencas de USU y el Centro de Ecología--. Aunque el lago ha subido y bajado con sequías e inundaciones en las últimas décadas, la persistencia de desvíos de agua ha reducido el nivel del lago unos 11 pies y ha expuesto mucho fondo del lago. Los planes del estado de continuar desarrollando agua en la cuenca solo empeorarán el problema".
En cambio, los investigadores argumentan que se deben encontrar recursos hídricos adicionales, aproximadamente el 29 por ciento, para que el lago vuelva a un estado saludable. "El estado ha tenido cierto éxito en la conservación del agua para los hogares, pero dado que el agua para la agricultura representa más del 60 por ciento del uso del agua, la conservación doméstica representa sólo una reducción menor --señala Wurtsbaugh--. Se necesitarán reducciones en el uso de agua de todos los sectores si queremos resolver este problema".