MADRID, 20 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de plantas revierte, en grandes escalas de tiempo, el patrón bien establecido de obtener sustancialmente más biomasa cuando el dióxido de carbono es más abundante.
Los científicos clasifican las plantas en función de la forma en que procesan el carbono, siendo las dos clases más comunes C3 (por ejemplo, arroz, trigo, árboles) y C4 (por ejemplo, maíz, caña de azúcar, la mayoría de otras gramíneas). La teoría y la evidencia experimental han sugerido que las plantas C3 son más sensibles a los niveles de dióxido de carbono que las especies C4 y crecerán y ganarán más biomasa en respuesta a los crecientes niveles de dióxido de carbono, un patrón que es fundamental comprender para modelar con precisión el clima futuro.
Pero, los experimentos anteriores solo han considerado las respuestas de C3 y C4 en periodos relativamente cortos. Ahora, Peter B. Reich, de la Universidad de Minnesota, en Estados Unidos, y otros investigadores informan sobre los resultados de un estudio de 20 años en el que se monitorizaron 88 parcelas en Minnesota, Estados Unidos, que son parte del proyecto BioCON. Sus resultados se publican en Science.
Los investigadores encontraron que, durante los primeros 12 años del estudio, las parcelas C3 promediaron un aumento del 20 por ciento en la biomasa total en respuesta a niveles elevados de dióxido de carbono, en comparación con las condiciones ambientales, mientras que las parcelas C4 tuvieron un aumento promedio del 1 por ciento, cambios que están en línea con las expectativas.
Sin embargo, durante los siguientes 8 años, el patrón se revirtió: las parcelas C3 registraron un promedio de un 2 por ciento menos que sus contrapartes ambientales, y las parcelas C4 tuvieron un promedio de un 24 por ciento más de biomasa. Los científicos encontraron que variables como la lluvia y la fotosíntesis de las plantas tenían poca correlación con esta inversión, mientras que, misteriosamente, la mineralización del nitrógeno sí lo influía.
Otros investigadores proporcionan más contexto en una perspectiva relacionada, que ilustra el valor de la investigación a largo plazo para revelar las complejidades de los patrones ecológicos. Señalan que debido a que las especies de plantas C4 aportan el 25 por ciento de la biomasa terrestre a nivel mundial, proporcionan una importante fuente de alimentación para los animales de pastoreo y están sobrerrepresentadas entre las malezas, por lo que es especialmente importante estimar correctamente la distribución futura de estas plantas.