MADRID, 7 Ago. (EUROPA PRESS) -
Una investigación realizada por expertos de la Universidad de Washington, en Estados Unidos, muestra que el cambio climático, a medida que debilita los vientos alisios, podría reducir el tamaño de aguas extremas con poco oxígeno. "Los trópicos, en realidad, deberían estar mejor oxigenados conforme el clima se calienta", resalta el autor principal de este estudio, Curtis Deutsch, profesor asociado de Oceanografía en la Universidad de Washington, en Estados Unidos.
El agua más caliente contiene menos gas, por lo que se espera que el cambio climático reduzca los niveles de oxígeno en todo el mundo y, de hecho, las observaciones muestran que esto ya está ocurriendo en muchos lugares. La disminución durante los últimos 20 años en las zonas tropicales de poco oxígeno, las aguas más bajas en oxígeno del planeta, dio lugar a un estudio de 2008 que propuso que estas zonas también empeoran con el tiempo.
Las regiones tropicales están normalmente asociadas con abundancia de vida, pero poseen algunos de los lugares más inhóspitos para los habitantes del océano. Las zonas de oxígeno mínimo frente a México y Perú contienen niveles de oxígeno demasiado bajos para albergar a la mayoría de los animales, por lo que, a diferencia de otras zonas de poco oxígeno, aquí no hay riesgo de matar a los peces.
Pero cuando los niveles caen aún más, un grupo particular de bacterias, que puede usar nitrógeno en lugar de oxígeno como fuente de energía, prosperan. El nitrógeno es un nutriente esencial y muy escaso para las plantas marinas. Cuando los niveles de oxígeno son lo suficiente bajos para ese grupo particular de bacterias, cantidades importantes de fertilizantes del océano consiguen fijarse profundamente al fondo del océano tropical.
El nuevo trabajo, que se publica en 'Science', muestra que el agua que fluye en los trópicos es probable que sea más baja en oxígeno, rebajando la oferta inicial de oxígeno, pero la demanda también disminuirá por el cambio climático. Específicamente, conforme los vientos alisios se debilitan, toda la secuencia de acontecimientos que alimenta esta cadena alimentaria bacteriana se ralentizará y la zona baja de oxígeno se reducirá.
"Si queremos entender cómo los aspectos biológicos y químicos de los océanos van a cambiar en el futuro, tenemos que prestar mucha atención a lo que sucede con los vientos -argumenta Deutsch--. Los vientos pueden llevar a conclusiones que son exactamente lo contrario de lo que se espera".
Los vientos alisios del oeste hacen que el agua profunda se filtre a lo largo de las costas occidentales, con lo que los nutrientes surgen desde las profundidades del mar. Estos nutrientes alimentan las plantas marinas, las cuales son el alimento de animales marinos, que se descomponen para alimentar a las bacterias que utilizan el oxígeno restante. Cuando los vientos alisios se debilitan, se filtra menos agua rica en nutrientes desde las profundidades y crecen menos plantas en la superficie, de forma que pueden sobrevivir menos bacterias que devoran oxígeno.
Deutsch es un modelador climático que estudia la circulación del océano tropical y aprendió de los núcleos de sedimentos recolectados frente a México por los coautores William Berelson, de la Universidad del Sur de California, y Alexander van Geen, de la Universidad de Columbia, que mostraron una tendencia desconcertante a más largo plazo. Los autores trabajaron juntos para interpretar las muestras.
Los resultados plantean que la mayor parte del tiempo desde 1850 la población de estas bacterias comedoras de nitrógeno ha ido disminuyendo, coincidiendo con el calentamiento de los océanos y el debilitamiento de los vientos alisios.
"Creo que es una cuestiónn interesante para comprender la forma en la que funciona el océano en escalas de tiempo geológicas o climáticas", afirma Deutsch. La mayoría de los modelos climáticos predicen que los vientos alisios seguirán debilitándose en el futuro, reduciendo zonas de oxígeno mínimo en el Océano Pacífico frente a las costas de México, Chile y Perú, y en el Océano Índico, frente a Australia occidental.
La disminución de oxígeno en el océano más amplio sigue siendo una preocupación importante, según Deutsch, igual que la pesca excesiva, el calentamiento de las temperaturas del agua y la acidificación de los océanos. "Este estudio muestra que lo que ocurre con los vientos, que a veces se pasa por alto, es muy importante para la predicción de cómo los océanos responden al cambio climático", concluye.