MADRID, 5 May. (EUROPA PRESS) -
Una cuenca submarina en las Islas Malvinas presenta rasgos de un gran cráter de impacto, con 250 kilómetros de diámetro y se asocia a la mayor extinción en la historia de la Tierra.
"Si la cuenca de las Malvinas es realmente un cráter de impacto, y tiene algunas de las características más reveladoras, entonces es una de las más grandes conocidas", observa en un comunicado Michael Rampino, profesor del Departamento de Biología de la Universidad de Nueva York y uno de los co-autores.
Los investigadores, que también incluyen Max C.L. Rocca de la Sociedad Planetaria Argentina y el geólogo paraguayo Jaime Báez Presser, reconocen que muestras del sitio son necesarias para confirmar las conclusiones del análisis.
La cuenca está situada en la meseta de las Malvinas, al noroeste de la isla de Gran Malvina. Visto en los perfiles de reflexión sísmica, y en las encuestas por gravedad y magnética, tiene rasgos que son consistentes con los cráteres de impacto, que son causados por colisiones con asteroides y cometas. Aproximadamente 200 cráteres de este tipo han sido descubiertos en la Tierra.
Los científicos estiman que la edad de la cuenca es de la Era Paleozoica tardía -de hace aproximadamente 270 a 250 millones de años. "Si el cráter propuesto tiene 250 millones de años de antigüedad, podría correlacionarse con la mayor extinción en masa jamás vista, las extinciones del Pérmico, que destruyeron más del 90 por ciento de todas las especies", observa Rampino.
Él y sus colegas también señalan características específicas que indican que la cuenca es un cráter de impacto.
Observan que está completamente enterrado por sedimentos de eras más recientes, lo que indica que se formó mucho antes de su entorno, y que no tiene expresión topográfica en el fondo marino actual.
La clave para la identificación de la cuenca como un cráter de impacto potencial es la disminución de la fuerza de la gravedad de la Tierra sobre el sitio, lo que indica una gran cuenca llena de sedimentos de baja densidad más jóvenes y un fuerte aumento de la fuerza del magnetismo terrestre en el sitio.
Este último es característico de las grandes estructuras de impacto, especialmente el cráter de impacto Chicxulub de 66 kilómetros de diámetro y 200 kilómetros de diámetro descubierto en Yucatán a finales de los años setenta.