MADRID, 11 Sep. (EUROPA PRESS) -
Los movimientos sísmicos en los últimos decenios en Turquía parecen el presagio de un "gran terremoto" en aguas cercanas a Estambul en las próximas décadas. Asi lo revela un estudio del Massachusetts Institute of Technology que ha sido publicado en la revista Geophysical Research Letters.
Los investigadores, que contaron con la colaboración del Instituto de Investigación sobre Terremotos de Estambul, estudiaron el movimiento de la Tierra en torno a Turquía a partir de los datos procedentes de 100 localizaciones GPS, con marcadores que iban cambiando de posición a medida que el suelo se desplazaba lentamente.
De este modo, descubrieron que el próximo gran terremoto que golpeará a la región lo hará en el mar de Mármara, a lo largo de una brecha sísmica situada a unos kiLómetros al oeste de Estambul. Aunque es "imposible" predecir el momento exacto en el que el seísmo tendrá lugar, se estima que podría ser "muy fuerte", de una magnitud de 7 o más en la escala de Richter.
"Estambul es una gran ciudad y muchos de sus edificios son antiguos, no han sido construidos atendiendo a los estándares modernos que sí que se siguen en otros puntos del planeta propensos a terremotos. Desde el punto de vista científico, esta zona constituye un foco de riesgo de desastres sísmicos", señala el investigador del Departamento de Ciencias de la Tierra, la Atmósfera y el Planeta del MIT, Michael Floyd.
"UNA DE LAS ZONAS DE MAYOR ACTIVIDAD"
Según el estudio, la falla del norte de Anatolia, donde se encuentra la ciudad de Estambul, constituye una de las zonas con "mayor actividad sísmica del mundo", afectada por grandes terremotos que han ido recorriendo sus 900 kilómetros de longitud de este a oeste hasta causar, en el más reciente, la muerte de miles de personas en 1999 en Izmit, unos 100 kilómetros al este de Estambul.
Por ello, los investigadores llevan años anticipando que Estambul, que se alza sobre el límite occidental de la falla, podría convertirse en el epicentro del próximo seísmo. En esa línea, el estudio del MIT ha identificado un segmento de la falla que lleva años "atascado" bajo el mar de Mármara y que ha sido bautizado como "la Isla de los Príncipes" por encontrarse en la proximidad de varios destinos turísticos.
Según el equipo, esta inactividad tiene dos explicaciones posibles: bien esta brecha sísmica es el resultado del movimiento "inofensivo" entre dos placas tectónicas que se deslizan la una al lado de la otra, bien puede convertirse en un foco en el que la tensión sísmica va aumentando durante décadas hasta un "estallido inevitable".
En este sentido, lejos de haberse desplazado entre 2 a 3 metros como debería haber hecho, el segmento localizado en la falla frente a las costas de Estambul está detenido y podría llevar 250 años acumulando tensión, según los investigadores, que estiman que, de descargarse toda esta energía en un único terremoto cataclísmico, la Tierra podría desplazarse "hasta 3 metros" en cuestión de segundos.
"Aunque cabe la posibilidad de que toda esta presión se libere en una serie de temblores menos intensos y peligrosos, dado el historial de grandes terremotos a lo largo de la falla del norte de Anatolia, es razonable sospechar que un terremoto de gran intensidad podría afectar a la zona en las próximas décadas", indica Floyd.