MADRID 2 Dic. (EUROPA PRESS) -
La testosterona hace que los canarios hembra también canten. La investigadora holandesa Tessa Hartog sabe cómo conseguir que un canario hembra cante como un macho, utilizando una combinación precisa de la hormona testosterona y de la proteína DBNF. Normalmente, las hembras del canario no cantan, pero en unas pocas semanas, la estructura cerebral puede ser alterada de forma que puedan hacerlo. Su canto puede ser incluso considerado sexy.
La influencia de las hormonas en el cerebro, y en el aprendizaje de los procesos de la memoria, es compleja y difícil de medir, pero el canto del canario es un buen modelo para analizar esos tipos de procesos. Hartog analizó qué sustancias intervienen en la conducta cantora de las hembras del canario y cómo esas asustancias alteraron la anatomía del cerebro.
Investigaciones multifuncionales previas sobre la testosterona ya habían mostrado que esta hormona influía en la conducta cantora. Daba lugar al desarrollo de nuevas neuronas en el área del cerebro que controla el canto. Sin embargo, no estaba clara la relación con otras proteinas, tales como el BDNF, que también intervienen en este proceso. Hartog estableció que el BDNF podría conseguir que las hembras cantasen, incluso si no habían sido tratadas con testosterona. Sin embargo, la combinación de ambas sustancias permitía a las hembras perteccionar el arte de las estructuras de canto 'sexy' para los canarios, normalmente reservadas para los viriles machos.
Curiosamente, la testosterona resulta tener dos efectos completamente distintos. Estimula la producción y fusión de nuevas neuronas en regiones existentes del cerebro y también ensancha los vasos sanguíneos y cambia la estructura anatómica en el área del cerebro responsable del canto. El primer efecto depende de la proteína BDNF, mientras el segundo es independiente de esta sustancia.
Con estos resultados, Hartog ha mostrado que los cambios en las células nerviosas no sólo producen un cambio físico, sino también un cambio en los patrones de conducta. La investigación ha sido financiada por el Netherlands Organization for Scientific Research (NWO), informa Science Daily.