MADRID, 29 Dic. (EUROPA PRESS) -
El planeta Venus pudo albergar en algún momento extraños océanos de fluido de dióxido de carbono, que influyeron en la forma la superficie del planeta.
Aunque descrito a menudo como el gemelo de la Tierra, por su proximidad, tamaño, masa, y composición química, Venus es un mundo hostil a la vida, con una fuerte presión y nubes de ácido sulfúrico corrosivo flotando sobre una superficie de desierto rocoso, lo suficientemente caliente como para derretir el plomo.
Sin embargo, en algún momento pudo haber tenido océanos como la Tierra. La investigación previa sugiere que Venus poseía suficiente agua en su atmósfera en el pasado para cubrir todo el planeta en un océano a unos 25 metros, si toda esa agua de alguna manera precipitase en forma de lluvia. Pero el planeta era probablemente demasiado cálido para que este tipo de agua se enfriase y precipitase, incluso con suficiente humedad.
En lugar de los mares de agua, un nuevo estudio sugiere ahora que Venus podría haber poseído una vez extraños océanos de fluido de dióxido de carbono, un gas muy extendido en ese planeta.
"En la actualidad, la atmósfera de Venus es principalmente dióxido de carbono, el 96,5 por ciento en volumen", dijo la autora principal del estudio, Dima Bolmatov, física teórico de la Universidad de Cornell en Ithaca.
Aunque esta sustancia puede existir como sólido, líquido y gas, más allá de un punto crítico de temperatura y presión combinadas, el dióxido de carbono puede entrar en un estado "supercrítico": Un fluido que puede tener propiedades de líquido y gas. Por ejemplo, puede disolverse como un líquido, pero fluye como un gas.
Para ver sus efectos en Venus, Bolmatov y sus colegas investigaron las propiedades inusuales de la materia supercrítica. Los científicos habían pensado en general que las propiedades físicas de los fluidos supercríticos cambian gradualmente con la presión y la temperatura. Sin embargo, en simulaciones por ordenador de la actividad molecular, Bolmatov y sus colegas encontraron que la materia supercrítica podría cambiar dramáticamente de propiedades propias de gas a otras de líquido.
La presión atmosférica en la superficie de Venus es actualmente más de 90 veces la de la Tierra, pero en los primeros días del planeta, la presión de la superficie de Venus podría haber sido decenas de veces mayor. Esto podría haber durado más de un período de tiempo relativamente largo de 100 a 200 millones de años. En tales condiciones, podría haberse formado dióxido de carbono supercrítico con un comportamiento parecido al líquido, dijo Bolmatov.
"Esto a su vez hace que sea posible que las características geológicas de Venus, como fosas tectónicas, cauces y llanuras sean las huellas de la actividad cerca de la superficie de este dióxido de carbono supercrítico", dijo Bolmatov a Space.com.
Los investigadores encontraron que en función de la presión y la temperatura, las agrupaciones de dióxido de carbono supercrítico podrían haber formado algo "parecído a pompas de jabón", dijo Bolmatov. "Una burbuja de gas cubierta por una gruesa capa de líquido." El estudio fue publicado en Journal of Physical Chemistry Letters.
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