MADRID, 18 Ago. (EUROPA PRESS) -
Las tensiones térmicas extremas experimentadas por un cometa a medida que orbita alrededor del Sol podrían explicar la extensa fracturación que propicia el paisaje erosinado del cometa 67/P.
Un estudio que se publica en línea en la revista Geophysical Research Letters, se basa en imágenes tomadas entre el 6 de agosto 2014 - cuando la nave Rosetta llegó por primera vez al cometa - y el 1 de marzo de 2015, e incluye imágenes detalladas adquiridas a entre sólo 8 y 18 kilómetros de la superficie del cometa.
El equipo identificó tres configuraciones distintas en las que se producen las fracturas: redes de largas fracturas estrechas, fracturas en los acantilados y rocas fracturadas. Además, se identificaron varias características únicas: las fracturas paralelas que corren a través de los acantilados de 900 metros de alto de Hathor, una larga grieta aislada de 500 metros en la región Anuket del cuello del cometa, y un complejo sistema de grietas de 200 metros de longitud en Aker, en el gran lóbulo.
"Las fracturas muestran una variedad de morfologías y ocurren en toda la superficie y en todas las escalas", describe el autor principal M. Ramy El-Maarry de la Universidad de Berna.
El tipo más frecuente parece ser el de redes de fracturas estrechas que se extienden por unos pocos metros hasta 250 metros de longitud, por lo general en superficies relativamente planas. Curiosamente, en algunos lugares, las fracturas parecen cruzar corte entre sí en patrones poligonales en ángulos de 90: en la Tierra y Marte esto es a menudo un indicador de hielo que se ha contraído por debajo de la superficie, informa la ESA en el blog de la misión Rosetta.
Los científicos creen que la mayoría de estos patrones de fractura están muy probablemente ligados a la historia térmica del cometa y el resultado de tensiones que desgajan la superficie. En la Tierra y Marte, al menos, estas fracturas pueden desarrollarse a través de varios procesos comunes: pérdida de materiales volátiles, contracción térmica o ciclos de contracción y expansión, y procesos tectónicos.
Además de arrojar materiales volátiles, a medida que se acercan al Sol, los cometas son conocidos para someterse a altas fluctuaciones de temperatura en la superficie y el subsuelo en marcos de tiempo diarios y estacionales. Este continuo "shock" térmico conduce a un debilitamiento o "fatiga" de la superficie. Pero la presencia de diversos tipos de fractura apunta a que también intervienen procesos mecánicos relacionados con la rotación o la órbita alrededor del Sol.