MADRID, 6 Nov. (EUROPA PRESS) -
Situado a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, la nave espacial Gaia de la ESA está escaneando el cielo para llevar a cabo el censo más detallado de estrellas en nuestra galaxia.
Sin embargo, este 6 de noviembre, ocupaba una perfecta posición para presenciar un evento raro que implica objetos mucho más cercanos: un tránsito lunar a través del Sol
Los tránsitos tienen lugar cuando los planetas se mueven delante de una estrella cercana. Dichos eventos se producen de vez en cuando en nuestro Sistema Solar cuando vemos a Venus y Mercurio pasar a través del disco brillante del Sol. Como pequeños mundos a la deriva a través del disco estelar iluminado, aparecen como puntos oscuros o círculos. También bloquean parte de la luz y el calor emitido por la estrella.
La Luna a veces cubre el Sol - un evento conocido como un eclipse - pero nunca se ve el satélite de la Tierra como un pequeño círculo oscuro cruzando la cara del Sol. Sin embargo, Gaia es lo suficientemente lejos para observar un tránsito tal, informa la ESA.
Aunque su óptica está pensada para mirar bien lejos del Sol y la Luna, los sensores de temperatura de Gaia (termistores) son capaces de detectar un tránsito lunar que no serán visibles a cualquier ojo humano u otra nave espacial.
Durante más de 10 horas este 6 de noviembre, una alineación casi perfecta entre Gaia, la Luna y el Sol ha permitido que la nave espacial mapea cómo la temperatura recibida del Sol experimenta cambios durante el tránsito. El flujo solar disminuyó gradualmente durante aproximadamente 2 horas, hasta que todo el disco de la Luna quedó visible delante del Sol
La duración total de más de 10 horas es igual a 1,7 períodos de rotación de la nave espacial Gaia. Esto debería ser suficiente para ver una caída de temperatura de alrededor de 1,5 ° C y estimar la inercia térmica de los componentes de la nave espacial.
La órbita de Gaia en L2, a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra en la dirección anti-Sol, se alineó de manera que el número de tránsitos lunares se reduce al mínimo y el ambiente térmico de la nave sea lo más estable posible. Sin embargo, una conjunción celeste parecida ocurrirá en mayo 2016, y tránsitos parciales, cuando sólo una fracción del disco de la Luna cubrirá el Sol, se prevén para abril de 2016 y febrero 2019.