MADRID, 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los últimos resultados de la misión Juno de la NASA muestran que el campo gravitacional de Júpiter es oblicuo, con diferentes patrones en sus hemisferios norte y sur.
Eso sugiere que su gas rico en hidrógeno está fluyendo asimétricamente en las profundidades del planeta. "Esto es algo que no se esperaba", dijo Tristán Guillot , del Observatorio de la Costa Azul, en Francia, durante la 49ª reunión de la División de Ciencia Planetaria de la American Astronomical Society. "No estábamos seguros de si podríamos ver eso", añadió, citado por naure.com.
Otra pista para la estructura del interior de Júpiter vino de cómo el campo de gravedad varía con la profundidad. Los estudios teóricos predicen que cuanto mayor es la señal de gravedad, más fuerte es el flujo de gas en profundidad. Esa información es importante para determinar si todo el interior de Júpiter está rotando como un solo cuerpo sólido, o si diferentes capas giran por separado una de la otra , como un conjunto de muñecas rusas que se unen moviéndose una dentro de la otra.
Juno detectó una señal de gravedad lo suficientemente potente como para indicar que el material fluye a una profundidad de hasta 3.000 kilómetros. "Simplemente estamos tomando las nubes y los vientos y los estamos extendiendo hacia el interior", dijo Yahoi Kaspi, geofísico del Weizmann Institute of Science. El trabajo futuro podría ayudar a identificar cómo de fuerte es el flujo en varias profundidades, lo que podría resolver si el interior de Júpiter realmente se parece a las matrioskas.
Los científicos de Juno ahora están buscando qué más les dirán los datos de la gravedad, como hasta qué punto se extiende a la atmósfera la famosa tormenta llamada Gran Mancha Roja. Otro instrumento a bordo de Juno ya ha insinuado que las raíces de la Gran Mancha Roja pueden ir cientos de kilómetros hacia abajo, y podrían ir aún más profundo.
Juno también ha estado observando las profundidades de Júpiter de otras maneras. Una gran sorpresa de la misión fueron los cúmulos de ciclones en cada polo, vistos por las cámaras de Juno en longitudes de onda visibles e infrarrojas. Los científicos no habían detectado las tormentas anteriormente porque Juno es la primera nave espacial que sobrevuela las regiones polares de Júpiter. Hay ocho ciclones alrededor del polo norte y cinco alrededor del polo sur; todos son misteriosos, porque el modelado por computadora sugiere que tales pequeñas tormentas no serían estables en los vientos polares.