MADRID, 4 Ago. (EUROPA PRESS) -
A tan sólo 12 días de que el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko alcance el perihelio, la Agencia Espacial Europea (ESA) ha dado a conocer unas espectaculares fotografías realizadas por el aterrizado Philae --que se encuentra en la superficie de la roca-- y de la cámara 3D de la sonda 'madre' Rosetta, que vuela junto a ellos.
Se trata de las imágenes del suelo de 67P más cercanas que existen, en las que se puede ver al detalle de qué está formada la superficie del cuerpo rocoso. Esta ha sido una de las primeras actividades de Philae después de su llegada a destino.
Y eso que la operación de aterrizaje no salió como estaba prevista. Tras tres saltos a través del terreno, la nave acabó en un lugar imprevisto llamado Abydo, desde donde no podía recargarse con la energía del Sol y se apagó. Así pasaron siete meses, hasta que en junio, y debido a su mayor acercamiento al Sol, el control en Tierra pudo recuperar la conexión con la nave.
Ahora, la contrariedad que supuso el mal aterrizaje de Phiale ha permitido a los científicos de la ESA poder estudiar una zona a la que "nunca" se hubiera "atrevido a acceder" porque "el terreno era muy áspero".
Philae ha grabado imágenes del cometa, la superficie que se encontraba debajo de él, a intervalos de 10 segundos durante todo el proceso de aterrizaje. "Nunca antes se había fotografiado una superficie cometaria con tan alta resolución, hasta un centímetro por píxel", ha explicado Stefano Mottola, uno de los responsables de la misión en el Instituto DLR de Investigación Planetaria.
Así, pudieron comprobar que no había los depósitos de polvo que se esperaban, sino más bien una superficie con escombros gruesos, guijarros y rocas con dimensiones que van desde unos pocos centímetros hasta cinco metros. Además, se confirmó que la tierra sobre el cometa es oscura y absorbe la luz muy bien.
Por otra parte, el intento de los científicos de 'liberar' a Philae de su situación actual y su curioso aterrizaje, ha permitido demostrar que la superficie del cometa es "mucho más dura" de lo que se había imaginado. Bajo una fina capa de polvo, a pocos centímetros de espesor, la sonda se encontró con una capa porosa, con hielo todavía sólido.