MADRID 15 May. (EUROPA PRESS) -
Una nueva imagen de nubes cósmicas de la constelación de Orión revela lo que parece ser una cinta de fuego en el cielo. Se trata de un resplandor naranja que representa una tenue luz proveniente de los granos de polvo interestelar frío, en longitudes de onda demasiado largas para el ojo humano, según el nuevo análisis del Observatorio Europeo Austral (ESO) con el telescopio 'Atacama Pathfinder Experiment' (APEX), en Chile.
Las nubes de gas y polvo interestelar son la materia prima de la que están hechas las estrellas. Sin embargo, estos diminutos granos de polvo bloquean la visión de lo que hay dentro y detrás de las nubes, por lo menos en longitudes de onda visibles, por lo que los procesos de formación estelar son difíciles de observar.
Por ello, los astrónomos necesitan usar instrumentos que permitan ver en otras longitudes de onda de la luz. En longitudes de onda submilimétricas, en lugar de bloquear la luz, los granos de polvo brillan debido a sus temperaturas de unas pocas decenas de grados sobre el cero absoluto, por lo que el telescopio APEX, con su cámara de longitud de onda submilimétrica LABOCA, situada a una altitud de 5.000 metros sobre el nivel del mar en la meseta de Chajnantor, en los Andes chilenos, resulta perfecta para este tipo de observación.
Esta nueva imagen, publicada en 'Astrophysical Journal', muestra sólo una parte de un complejo más grande llamado la Nube Molecular de Orión, en la constelación de Orión (el Cazador). Un rico crisol de nebulosas brillantes, estrellas jóvenes y calientes y frías nubes de polvo, esta región se encuentra a cientos de años luz de diámetro y situado a unos 1.350 años luz de nosotros. El resplandor de la longitud de onda submilimétrica que surge de las nubes de polvo frío es un parámetro de sustitución, visto de color naranja en esta imagen y superpuesto sobre una vista de la región tomada en una luz visible más familiar.
La gran nube de luz en la parte superior derecha de la imagen es la conocida nebulosa de Orión, también llamada Messier 42, que es fácilmente visible a simple vista como la ligeramente borrosa "estrella" en la espada de Orión. La nebulosa de Orión es la parte más brillante de una gran formación estelar donde están naciendo nuevas estrellas y es el sitio de formación estelar masiva más cercano a la Tierra.
Las nubes de polvo forman hermosos filamentos, láminas y burbujas como resultado de procesos que incluyen colapso gravitatorio y los efectos de los vientos estelares. Estos vientos son corrientes de gas expulsadas de las atmósferas de las estrellas, que son lo suficientemente potentes como para dar forma a las nubes que rodean a las formas complicadas que se pueden ver.
Los astrónomos han utilizado estos y otros datos de APEX, junto con imágenes del Observatorio Espacial Herschel de la agencia europea del espacio (ESA, en sus siglas en inglés), para buscar la región de Orión para el proto, una primera etapa de formación de estrellas.
Hasta ahora han sido capaces de identificar 15 objetos que parecían mucho más brillantes en longitudes de onda más largas que en las más cortas. Estos objetos raros descubiertos recientemente son probablemente una de las protoestrellas más jóvenes que se han encontrado, con lo que los astrónomos están cada vez más cerca de ser testigos del momento en que una estrella comienza a formarse.