MADRID 27 Ene. (EUROPA PRESS) -
El 27 de enero 1971 se produjo la primera colisión protón-protón en la Organización Europea de Investigación Nuclear (CERN), con la puesta en marcha del acelerador ISR, el primero no lineal, que funcionó hasta 1984 cambiando la opinión de muchos miembros de la comunidad científica, que ponían en duda la utilidad de un colisionador de hadrones.
El ISR se componía de dos anillos entrelazados con un diámetro de 150 metros. Cada anillo contenía un tubo rodeado de imanes que dirigían las partículas circulantes. Así, los protones circulaban en direcciones opuestas y colisionaban con una energía máxima de 62 GeV.
Pero este acelerador también es el que realiza las primeras colisiones protón-antiprotón y donde se desarrolló primero el enfriamiento estocástico, que reduce tanto la dimensión transversal del haz y la propagación en la energía de las partículas. Esta técnica fue utilizada posteriormente, con gran éxito, para permitir las colisiones protón-antiprotón en el Súper Sincrotrón de Protones, todavía en uso.
Aunque los principales descubrimientos se realizaron cuando ISR ya no estaba en activo, este colisionador ayudó a proporcionar indicios de que los protones se componen de partes más pequeñas.
DESARROLLO DE LA MÁQUINA
En este sentido, los expertos han añadido que, alrededor del 15% de investigación realizada en el ISR fue acerca de la propia máquina. Los físicos e ingenieros implementaron mejoras continuamente, de modo que el colisionador creció cada vez más, sofisticádose en sus 13 años de vida.
De hecho, proyectos como el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) no habrían sido posibles sin el ISR y los conocimientos adquiridos con el detector durante su aplicación, ha apuntado el CERN. El túnel de ISR se utiliza actualmente para el almacenamiento y el trabajo con imanes.