El hambre no acabó con los gatos dientes de sable

Gato dientes de sable
SERGIODLAROSA/WIKIMEDIA COMMONS
Actualizado: jueves, 27 diciembre 2012 11:41

MADRID 27 Dic. (EUROPA PRESS) -

Cuando las presas son escasas, los carnívoros de gran tamaño pueden roer su presa hasta el hueso, usando para ello sus dientes. Un nuevo análisis de los patrones de desgaste microscópico de dientes de leones americanos y gatos de dientes de sable revela que no recurrieron a este comportamiento justo antes de la extinción, lo que sugiere que la falta de presas probablemente no fue la razón principal por la que estos grandes felinos se extinguieron.

Los resultados, publicados este miércoles en revista 'Plos One' por Larisa DeSantis de la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Tennessee (Estados Unidos) y sus colegas, compara los patrones de desgaste de dientes fósiles de 15 leones (Panthera atrox americano) y 15 gatos dientes de sable (Smilodon fatalis) de hace entre 12.000 y 30.000 años que se recuperaron en La Brea Tar Pits en Los Ángeles.

El gato de dientes de sable y el león americano se encontraban entre los mayores carnívoros terrestres que vivieron en su tiempo y se extinguieron junto a otros animales de gran tamaño hace aproximadamente 12.000 años. Estudios previos han sugerido muchas razones para su extinción, incluyendo el cambio climático, la actividad humana y la competencia de los seres humanos y otros animales para la alimentación.

En este nuevo estudio, los autores descubrieron que los gatos de dientes de sable probablemente consumieron huesos con regularidad, pero no se encontraron diferencias en el consumo de hueso entre los fósiles más antiguos y los más recientes, lo que sugiere que la dieta de estos felinos no cambió significativamente cerca de la fecha de su extinción.

Por el contrario, los leones americanos no consumen mucho hueso, incluso en la época de su extinción y el patrón de desgaste de dientes esta similaral de los los guepardos, que evitan activamente el hueso en su presa, según los fósiles de gatos de dientes de sable recuperados de las muestras de pozos de asfalto de diferentes edades, que van desde unos 35.000 a 11.500 años atrás.

"Los patrones de desgaste de dientes sugieren que estos gatos no consumían los cadáveres enteros desesperadamente, como se esperaba, sino que parecían vivir la buena vida durante el Pleistoceno tardío, por lo menos hasta el final", afirma DeSantis. El estudio revela también diferencias desconocidas en los hábitos alimentarios de los gatos de dientes de sable y los leones americanos y sugiere que aunque el caso de su extinción es aún desconocido.

Entre otros datos, la investigación descubre que los leones americanos y los gatos de dientes de sable que vagaban por norteamérica en el Pleistoceno tardío vivían bastante lejos de la grosura de la tierra. A su juicio, los resultados de informes anteriores que revelan que los dos tipos de felinos tienen más de tres veces el número de colmillos rotos es una evidencia adicional que apoya su conclusión de que la mayor parte de la rotura del diente ocurrió durante la caza en lugar de por escasez de alimentación.

Además, los investigadores sostienen que el gran tamaño de los carnívoros extintos y sus presas puede ayudar a explicar el gran número de dientes rotos, ya que los dientes grandes se rompen más fácilmente que los más pequeños. Los gatos dientes de sable eran del tamaño de un león africano de hoy y el león americano era un 25 por ciento más grande, por lo que los grandes carnívoros tienen los dientes caninos más propensos a romperse al derribar a una presa más grande.