MADRID 10 Feb. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Oregón en Estados Unidos han descubierto los mecanismos cerebrales que procesan el inicio y final de lo que escuchamos. El trabajo, que se publica en la revista 'Neuron', identifica como distintos los dos circuitos que gestionan el sonido y los silencios que forman parte del lenguaje hablado.
Los científicos han aislado un canal de procesamiento de sinapsis independiente en la corteza auditiva del cerebro que se encarga en concreto de desactivar el procesamiento del sonido en determinados momentos. Esta regulación es vital para escuchar y comprender el discurso hablado.
El descubrimiento es contrario a una asunción mantenida largo tiempo sobre que la señalización de la apariencia de un sonido y su posterior desaparición se gestionan a través del mismo mecanismo.
Según apunta Michael Wehr, coautor del estudio, el hallazgo apoya una teoría reciente que se refiere a distintas vías para este proceso y podría conducir a futuras terapias como mejoras en los dispositivos auditivos.
"Parece que existe un canal separado por completo que va del oído al cerebro que está especializado en procesar cuando se detiene el sonido", explica Wehr. Los dos canales finalmente se unen en una región cerebral llamada corteza auditiva, situada en el lóbulo temporal.
Los investigadores controlaron la actividad de neuronas y sus sinapsis de conexión mientras se exponía a ratas a destellos de tonos durante milisegundos y examinaron las respuestas ante el inicio y el final de un sonido. Evaluaron así varias longitudes y frecuencias de sonidos en una serie de experimentos.
Los resultados mostraron que un conjunto de sinapsis respondían muy fuerte al inicio de los sonidos, pero un grupo diferente de sinapsis respondía a la desaparición repentina de los sonidos. No se producía solapamiento de ambos grupos de señales y el final de un sonido no afectaba a la respuesta a un nuevo sonido posterior, por lo que se refuerza la idea de canales de procesamiento separados.
Los investigadores también señalan que las respuestas al final de un sonido suponían una frecuencia diferente de modulación, duración y amplitud que las que participaban en el procesamiento del inicio de un sonidos, descubrimientos que coinciden con una tendencia citada en al menos otros tres estudios de la pasada década.
"Ser capaces de percibir cuándo se detiene un sonido es muy importante para el procesamiento del lenguaje hablado. Uno de los problemas más difíciles del discurso es descubrir los límites entre las diferentes partes de las palabras. No se conoce bien cómo el cerebro realiza esto", añade Wehr.
El equipo cree que ha descubierto los mecanismos cerebrales importantes para descubrir los límites entre las palabras que ayudan al reconocimiento y audición del lenguaje.
Según concluye Wehr, los descubrimientos podrían también ser útiles para trabajar con niños que tengan déficits en el lenguaje hablado y el aprendizaje, así como para el diseño de ayudas e implantes cocleares. Además, el investigador apunta que las personas con dislexia tienen problemas para definir los límites de los sonidos en el discurso hablado y dirigirse a estas áreas de procesamiento en la terapia podría mejorar sus capacidades de lectura.