MADRID, 31 Jul. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y de la Antonio de Nebrija han desarrollado una herramienta que calcula la huella de carbono dentro de la planificación urbanística con el objetivo de reducir las emisiones de efecto invernadero que genera una localidad, según informa la Universidad Complutense.
El método se ha probado en 33 municipios de Madrid y Toledo, y podría aplicarse en núcleos urbanos similares. Así, este concepto ambiental identifica y cuantifica los gases de efecto invernadero emitidos por los productos o actividades humanas de forma individual.
En este sentido, el profesor de la facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Sergio Zubelzu, ha afirmado que el método "es novedoso porque, a nivel de diseño urbanístico, resulta muy sencillo implementar medidas preventivas de las emisiones sostenibles en el tiempo".
Asimismo, Zubelzu ha definido las actividades que generan gases de efecto invernadero propias del plan urbanístico, como la potabilización de agua, la gestión de aguas residuales, el tratamiento de residuos, el transporte y el suministro eléctrico y gasístico.
Igualmente, el trabajo, publicado en Energy Policy, revela que las industrias químicas son las más contaminantes, como consecuencia de su elevado consumo energético, con 1.110,71 kg de dióxido de carbono por metro cuadrado. Por su parte, las industrias de muebles y otros productos manufacturados son las que menos emisiones generan, con 43,5 kgCO2/m2.
En opinión de los autores, los municipios pueden influir de forma decisiva en la huella de carbono industrial porque la mayoría de las reducciones se pueden conseguir tomando decisiones en la planificación urbanística.