ROMA 7 Ene. (EUROPA PRESS) -
El misterio de la sonrisa de la Mona Lisa, el secreto que ha traído -y trae- de cabeza a los historiadores del Arte, es una simple anécdota si se compara con el último descubrimiento en torno al cuadro de Leonardo Da Vinci. El verdadero enigma no es por qué sonreía la modelo, sino cómo no murió mucho antes de un infarto.
El encargado de realizar un examen que fuera más allá de lo artístico de la icónica obra de Leonardo Da Vinci ha sido el doctor Vito Franco, de la Universidad de Palermo (Italia). El científico ha realizado un detallado análisis de las características físicas de La Gioconda basándose en la representación que de ella se realiza en el óleo.
Así, según ha explicado en declaraciones al diario 'La Stampa' recogidas por Europa Press, la Mona Lisa presenta claros signos de una acumulación de ácidos grasos bajo la piel, claro síntoma de unos niveles de colesterol estratosféricos. Además el científico afirma haber visto un lipoma, un tumor benigno, en su ojo derecho.
"La enfermedad existe dentro del cuerpo, no tiene una dimensión metafísica o sobrenatural. La gente retratada en el arte revela su aspecto físico, (los cuadros) nos hablan de su vulnerabilidad humana, al margen de que el artista se diera cuenta de ella", argumenta Vito Franco para justificar su investigación.
El científico, profesor de Anatomía Patológica en la Universidad de Palermo, ha presentado sus conclusiones en una conferencia médica en Palermo en la que ha expuesto su diagnóstico de varios personajes que aparecen en algunas de las obras del arte más famosas de la humanidad.
Entre ellos ha podido 'pasar consulta' al mismísimo Miguel Angel, gracias a su aparición en 'La escuela de Atenas' de Rafael, que le ha permitido averiguar que el escultor, arquitecto y pintor del renacimiento podría haber sufrido de cálculos renales, como demostrarían las rodillas hinchadas de la pintura.
Además, Vito Franco sugiere que el 'Retrato de joven' realizado por Boticelli indica, por los alargados y finos dedos de su protagonista, que el joven en cuestión podría sufrir del síndrome de Marfan, una enfermedad genética que produce un alargamiento inusual de la longitud de los miembros del que la padece.